Alex Turner

Epílogo

-¿Estas segura de acabar con lo nuestro? - la miro a los ojos, la voz que anuncia su vuelo se oye de nuevo. 

-No te amo - responde.

-No podría estar sin ti... - tomo su mano - Te perdono, si ese es el problema..., haré de cuenta que no pasó...

-No, Alex, es que sí pasó... - suelta mi mano - Escucha, sé que esto sonará frío, pero enserio me tengo que ir, no es que no sea libre, no hay ningún lugar dónde necesite estar, es que tu amor no es lo que necesito, así que no me lo des... 

-Alexa, no puedes irte así como así, yo... olvidaré todo..., cambiaré...

-Ya te expliqué, las cosas no son así, no todo es como tu crees, Alex...

-Pero confié en ti... 

-Alex, no es... no es la primera vez que lo hago, entiende, hay alguien más aparte de ti... - me quedo callado.

-Yo...

-Y hay alguien más aparte de mí, lo sé.

-¿De qué estas hablando? Eres la única. - ella sólo me sonríe y niega con la cabeza - Por favor, te amo...

-No habrá una oportunidad más conmigo, pasó lo que tuvo que pasar. Es sólo que ahora... he encontrado a alguien que... me gusta mucho.

La voz anunció que debían subir al avión. 

-¿Desde cuándo? - digo casi sin aliento.

-Desde Sheffield - baja la mirada, tomo mi cabello y lo jalo. 

-No puedo creerlo... - susurro decaído - todo este tiempo... - la respiración se dificultaba - Ella tenía razón... - balbuceo. 

-Ya basta, Alex... - la miro a los ojos - Esto ya estaba hueco desde hace un buen tiempo, hace años...

-Me mentiste. 

-Lo hice, porque creí que podría funcionar, además... además tu siempre me perdonabas... - ríe levemente - Debes ser más fuerte y saber tomar las decisiones correctas - me mira seria.

-Nunca creí de ti...

-Vamos, Alex - sonríe - Podemos ser amigos, ¿no?

-¿Amigos? Me pusiste el cuerno, ¿y esperas que seamos amigos?, me estás botando como basura... - la miro enojado pero disimulando, es una maldita cínica, ella rueda los ojos cansada de esta charla.

-Debo irme... - toma su bolso - Ah... olvidaba un cosa... - se detiene y me mira.

-¿Qué? - digo desesperado y en tono agresivo.

-Búscala. 

Dicho eso avanza entre la gente y después de unos minutos ya no la veo. Me quedo confundido y pensando en eso: "Búscala". Ella lo sabía, después de todo... ella sabía que mi corazón ya no habitaba del todo mí y no era sólo para ella. 

Pero...¿Cómo pudo? ¿Cómo puede ser tan cínica y actuar como si nada pasara? ¿Cómo es que no le dio vergüenza para mirarme a los ojos y decirme: te engaño con alguien? Resultó que todo este maldito tiempo me estuvo viendo la cara, burlándose de mí, jugando. ¡LA ODIO! No puedo creer tanta... tanta asquerosidad. Pero todo es mi culpa, todo tenía que ser mi maldita culpa. Debí entregarme al cien, debí estar con ella más tiempo, debí amarla, no debí enamorarme de alguien más, y esto... esto es la maldita venganza de la vida, o como suelen decirle: "Karma". ¡Que idiotez! ¡¿Qué es todo esto?!

Conduje hasta mi apartamento de Los Angeles, entré, tiré las llaves en alguna parte y me serví un trago, encendí un cigarro, me senté en el sofá y dije mirando el techo: