Cap 7 (Stop the world...)

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–Buenos días, dormilona.

–¿Qué hora es? – bostezo, desconectada del mundo real – Spencer, ¿no te dije que te fueras?

–¿Spencer?

–¿Qué? – abro los ojos confundida – ¿En dónde...? – miro hacia arriba y me encuentro con el rostro más dulce y lindo que jamás haya visto.

–¿QUÉ TIENE QUE VER SPENCER?

–Ah, hola, Alex – me incorporo evitando su pregunta – Buenos días – murmuro, él me mira molesto – Lo siento, es que... olvidé... – río aun dormida – es que pensé... que había soñado con... contigo, pero no – volteo a verlo y le sonrío con inocencia.

–No fue un sueño, fue real – sonríe finalmente y besa.

–Cierto – me quedo abrazándolo.

Es tan tierno, tan lindo, tan dulce... ¡Oh, mierda! ¡No debo perder mi objetivo! Sacudo mi cabeza para "concentrarme".

–Eres mía – murmura.

–¿Tuya? – levanto la ceja y me separo.

–Sí – me sonríe – Ven aquí, conmigo – extiende su brazo, y hago caso a su petición – Te quiero tanto – me da un beso en la frente – sigues siendo igual de pequeña.

–Sí, pero con más años encima, ¿no ves esta arruga? – le digo apuntando cualquier parte de mi cara, cierro mis ojos.

–No te veo nada – contesta.

–Mira bien – apunto mi frente.

–Yo no veo absolutamente nada – me da un beso justo ahí.

–¡AH, ya olvídalo! – reímos.

–Dime que eres mía – pide.

–Sí, Alex, soy tuya – murmuro con sueño.

–¿Te casarías conmigo? – abro los ojos como si me hubiese caído hielo en la cara.

–¡Alex! – lo miro sorprendida y me incorporo.

–¿Qué? – ríe con ternura – No ahora, algún día lejano...

–¿Casarme? – lo medito – No, primero me vuelvo caca.

–¡Qué grosera! – ríe.

–Es que no... – intento explicar.

–Bueno, olvida eso – me besa – ¿Qué haremos hoy?

–Dormir – me acuesto de nuevo.

–¿Enserio?

–Sí, ¿tienes algo qué hacer?

–No, es sólo que..., bueno, eres una chica y...

–¿Eso qué?

–A todas les gusta que las lleve a pasear y cosas por el estilo.

–¿A todas? – levanto mi ceja – Numero uno: Yo no soy "todas". Numero dos: ¿Con cuántas has estado? – me levanto molesta de la cama.

–No lo dije con esa intención, sólo quería asegurarme de tu respuesta – me encierro en el baño – ¡AY, POR FAVOR! – grita desesperado, sonrío inevitablemente.

–¿Por qué no mejor te vas con una de esas tantas? – lavo mis dientes y mi cara.

–Porque no son tú – contesta.

–Justamente por eso lo digo...

–¡Mierda! – toca la puerta, no abro – ¡Abre! ¡Nelly, abre! – toca aún más fuerte, pero no molesto – ¡Si no abres cantaré una de esas canciones que detestas!

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora