Capítulo 24.- She does the woods

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Cerca de las 6:30 am estábamos por partir, era una mañana espectacular, todo se fusionaba a la perfección, como una especie de vídeo musical: el sol, el aire de esperanza, las risas de Nelly, las maletas de todos, un libro en mi mano, Miles tarareando una melodía armoniosa... [.] Cogimos un taxi que nos dejó en la estación de trenes, sería un viaje largo, pero, a mi gusto, placentero, justo como lo imaginé.

Nelly y yo fuimos por un café antes de partir, ambos leíamos novelas diferentes, llegábamos a intercambiar miradas, pero no diálogos, frente a muchas personas más valía tener precauciones.
Minutos tarde llegó Albert, y los otros que, sin querer, había olvidado sus nombres.

Al momento subimos al tren VIP, tenía que ser, y segundos después estábamos en marcha. Nelly y yo juntos en un asiento, una mesa nos separaba del asiento de delante, en donde se sentó Miles y su nuevo amigo.

ꟷAsí que, ¿ustedes siempre han sido amigos? ꟷ inquirió él mirándome a mí y a Miles.

ꟷSí, Marc, pues, verás, Alex y yo somos muy diferentes, no digo que nos complementemos, pero... nos queremos, mucho ꟷ agregó mi buen amigo.

ꟷ¿Sí? ꟷ Marc me miró.

ꟷAlgo hay de eso.

ꟷ¿Y... ustedes? ꟷ miró a Nelly, ambos nos quedamos mudos, pero intercambiamos miradas.

ꟷSon amigos, también, buenos amigos ꟷ dijo Miles en un tono calmado.

ꟷLucen como enamorados ꟷ sonrió tímido. Fruncí mi ceño intrigado, ¿sería que él podía percibir mi amor hacia ella?

ꟷSoy tan intuitivo como una chica, Alex, te preguntas cómo sospeché eso, ¿no? ꟷ alcé mi ceja, era impresionantemente extraño y certero.

Miles miró la mesa, sonreía de forma tímida, podría jurar que se había sonrojado, sólo por un momento.

ꟷSí, bueno, basta de preguntas tontas, Marc.

ꟷLo siento, My.

¿My?

Me dije a mí mismo, una vez más, que algo extraño ocurría, pero no sabía qué, y lejos estaba de imaginarlo. Todos quedamos callados, no había ni siquiera suspiros, estábamos ausentes, pero unos ojos miraban a mi amada, podía sentirlos incluso atravesar mi piel. Nelly miraba a través de la ventana, el paisaje era hermoso, y una vez que olvidé el pudor, me recargué en su hombro, y por debajo de la mesa rocé sus dedos con los míos, los cuales fueron aceptados, porque en un segundo su mano y la mía ya hacían entrelazadas, sólo así obteniendo paz en mi interior.

Dentro de poco me había quedado dormido, un ligero movimiento me hizo despertar, y mi miré hacia mi costado para comprobar si Nelly seguía ahí, pero no era así, ella estaba ahora sentada en un asiento un poco más lejos con Miles y a su lado Albert, Marc estaba frente a mí, junto con la otra chica. Decidí leer un poco, tenía que evitar mis celos, no quería verme mucho más patético, y, además, confiaba en ella.

Su risa constante me irrumpía la lectura, trataba de concentrarme, pero terminaba por leer las mismas cuatro líneas más de tres veces, en dos minutos seguidos, en un solo suspiro. No estaba funcionando, pero verla siendo tan libre, no podía impedírselo, ni debía. Saqué un pequeño cuaderno, donde solía hacer notas para mis canciones, era de bolsillo, y después de sacar mi lapicero, sin querer, llamé su atención.

ꟷHola ꟷ sonrió sentándose junto a mí.

ꟷ¿Qué hay? ꟷ le miré con ojos pispiretos.

ꟷ¿Qué haces?

ꟷIba a... ꟷ miré sus labios, rojos, naturales ꟷ iba a escribir, pero sucede que alguien vino a distraer mi mente con sus lindos labios.

ꟷ¿Ah sí? ꟷ recargó su condo sobre la mesa, y su mentón sobre su mano, mirándome galante.

Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora