Capítulo 16 • Un reencuentro

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El Reino estaba completamente acordonado por unos resistentes e improvisados muros de chatarra con un enorme portón de acceso principal, y el perímetro exterior que lindaba con el bosque

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El Reino estaba completamente acordonado por unos resistentes e improvisados muros de chatarra con un enorme portón de acceso principal, y el perímetro exterior que lindaba con el bosque. En su interior residen alrededor de setenta personas, que normalmente transitan libremente por las calles y trabajaban en conjunto para sacar a flote la comunidad.

Los de Alexandria estaban siendo guiados hasta donde los recibiría el Rey Ezekiel, mientras caminan observaban el lugar y a la gente que vivía ahí.

Cerca de ellos, habían dos jóvenes. Uno es residente del Reino desde que inició todo y usa el típico uniforme de soldado. El otro fue rescatado del bosque hace casi dos meses porque lo encontraron gravemente herido de bala.

— No creo que estés listo todavía para irte solo, aún no te has recuperado del todo.

— Estoy listo, Benjamin. Ya no puedo dejar pasar más tiempo, debo regresar a ese lugar por mi hermana...

Diana se detuvo, escuchando esa voz que creía ya no oiría nunca más. Las lágrimas salían de sus ojos, no podía confundir esa voz con nadie y estaba segura que se trataba de él.

Carl se había detenido junto a ella porque vio su expresión, aunque no entendía la razón por la que se ha puesto así.

La chica misteriosa ahora miraba en la dirección de donde vino esa voz y fue cuando lo vio al fin. Su hermano todavía no la había visto porque seguía conversando con su amigo, pero ella fue de prisa hacía él.

— ¡Sergio!

— ¿Diana?

Ella corría para abrazarlo. Su hermano hizo lo mismo, pero correr le costaba un poco más porque tenía secuelas del disparo que había recibido de Los Salvadores.

Sergio la rodeaba en un fuerte abrazo mientras Diana sollozaba en su hombro. Su hermano no estaba muerto y estuvo todo este tiempo en el Reino, la comunidad lo había rescatado de lo sucedido con Los Salvadores.

— Diana, siento no haber regresado...

— Estuve todo este tiempo esperando por ti, pero como no volviste creí que ya estabas muerto.

Al separarse del abrazo, Diana se limpiaba las lágrimas porque había sido un momento muy emotivo pero no le gustaba que la vean llorar.

— Estaba herido de muerte. Pero Benjamin y Richard me encontraron en el bosque cerca de aquí, me trajeron para salvarme la vida. Solo que no podía caminar, estuve recuperándome del disparo en mi pierna todo este tiempo —le cuenta Sergio.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora