❝Siempre serás mi chica misteriosa❞
Eran unos niños cuando se vieron por primera vez, pero ese encuentro fue el inicio de su historia. El destino los volverá a unir años después para enfrentarse juntos a muchos retos y personas crueles. Ambos se nec...
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AVISO: Este capítulo incluye contenido +18 entre los personajes principales, lo cuales tienen la mayoría de edad. Léanlo bajo su propia responsabilidad.
Una semana más tarde, la tranquilidad en Alexandria continuaba intacta. Lo que podía ser motivación para confesar todo lo que el chico del sombrero ha pensando durante los últimos días.
Carl tenía guardando algo pequeño y muy significativo en su bolsillo, esperando armarse de valor para entregárselo a Diana. Aún no creía que realmente logró encontrarlo y que podría dárselo para que sea una propuesta más que perfecta, como su chica misteriosa merece.
Esa noche Diana y Carl estaban cuidando a los niños porque Rick y Michonne han estado todo el día ocupados con asuntos de la comunidad. Lo que sucedía más seguido de lo que parece, así que Judith y RJ están acostumbrados. Además les encanta porque la pasaban muy bien, jugando y divirtiéndose tanto como podían.
Después de cenar, se pusieron a colorear cuadernos de dibujo. La actividad favorita de Judith.
— ¿Recuerdas cuando nos dibujaste a todos e incluiste a RJ? —pregunta Carl.
— ¿A mi? —le pregunta RJ.
— ¡Sí! Era cuando teníamos que darle a Diana la noticia de que mamá estaba embarazada —dijo Judith
— Una maravillosa noticia —sonreía Diana.
— Aún tengo ese dibujo guardado —le dijo Judith.
— ¿Por qué no lo he visto? —pregunta RJ.
— No me gusta como dibujaba antes —dijo Judith.
— Igual quiero verlo —le dijo RJ.
— Sí, te lo voy a mostrar. Puse a papá con una barrigota —menciona Judith.
Todos rieron a carcajadas, de manera que la pasaban muy bien juntos y las horas se les iban entre cada broma.
Cuando se hizo tarde, ambos niños cayeron dormidos sobre sus dibujos y tuvieron que acomodarlos en el sofá hasta que llegaron sus padres para llevárselos cargados, sin despertarlos.
Una vez que se fueron y la comunidad se quedó silenciosa, debido a que era hora de descansar. Fue cuando Diana observa por la ventana, queriendo volver al bosque tan seguido como antes y espera poder hacerlo muy pronto.
Carl se acerca para rodearla con sus brazos abrazándola por detrás y depositar un dulce beso en su cuello provocándole una sonrisa.
— ¿Estás bien, hermosa? —pregunta Carl.
— Sí, es solo que... extraño salir al bosque —dijo Diana.
— Perfecto, lo solucionaremos mañana. Mientras podríamos salir a los jardines —le dijo Carl.
— Eres el mejor —sonreía Diana.
Carl toma la mano de Diana y las entrelazan para empezar a caminar juntos hacía afuera. Alexandria estaba en completo silencio porque los residentes se habían ido a dormir y los únicos despiertos eran los que están de guardia en el portón.
