Capítulo 29 • La primera vez

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AVISO: Este capítulo incluye contenido +18 entre los personajes principales, lo cuales tienen la mayoría de edad

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AVISO: Este capítulo incluye contenido +18 entre los personajes principales, lo cuales tienen la mayoría de edad. Léanlo bajo su propia responsabilidad.

Temprano por la mañana, cuando Diana se despertó vio a Carl, quien había dormido con venda. Lo que le confirmó que seguía sintiéndose inseguro por su cicatriz, pero no iba a mencionarle nada todavía y esperó a que se despertara.

— Buenos días —le dijo Carl.

— Bien días, amor —dijo Diana.

La chica misteriosa se acerca a Carl para darle un dulce beso y después lo miró con un sonrisa.

— Debemos regresar —dijo Carl.

— Sí, es cierto —asiente Diana.

Se levantaron de la cama para prepararse, guardaron en sus mochilas todo lo útil que encontraron en esa cabaña. Pero antes de continuar, la chica misteriosa se queda observando por un agujero de las ventanas tapiadas con madera. En verdad parecía muy temprano y no quería que regresaran todavía a Alexandria.

— ¿Qué sucede? —le pregunta Carl.

— Nada, es solo que aún es muy temprano —dijo Diana.

— ¿Te gustaría quedarte un rato? Tal vez haga frío afuera —propone Carl.

— Sí, me gustaría —le dijo Diana.

Se quedaron viendo unos segundos mientras sonreían. Como Carl parecía muy nervioso para dar el siguiente paso, es Diana quien se acerca para saborear sus labios con suavidad. Se trataba de un beso con el poder de expresarle todo lo que quería que hicieran, mejor que usando las palabras.

— Unos minutos más no nos extrañarán —le dijo Diana.

Sin previo aviso, ella se quitó la blusa para quedar solamente con sujetador. Carl la observaba en silencio, admirando su cuerpo, su piel desnuda y la manera en que su largo cabello caía despeinado sobre sus hombros. Le gustaba todo lo que estaba viendo.

Diana volvía a acercarse a Carl para mirarlo de muy cerca, sus mejillas estaban sonrojadas por la excitación y sus labios ligeramente abiertos haciendo que ella quiera besarlo.

Pero antes, Diana movió sus manos por su torso, sintiendo como Carl se tensaba ante su toque por encima de la camisa y ella sonrió sin decir nada.

Sus pechos subían y bajaban ante tensión del momento, además de sus deseos de entregarse uno al otro, así que la manos Carl rodearon su cintura ligeramente y se quedó mirándola, como si necesitara más confirmación de que le estaba dando su consentimiento para hacerla completamente suya.

— ¿Estás segura? ¿Estás lista para...?

— Así es, Carl. Estoy lista.

Cada vez estaban más cerca, así que los pechos de Diana debajo del sujetador rozaron contra la camisa de Carl. No había marcha atrás, ambos lo deseaban desde hace mucho y debían dejar su tímidez atrás, ya tenían la suficiente confianza como para hacerlo de manera muy intensa y no iban a esperar más tiempo.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora