Capítulo 9 • El disparo

3K 216 9
                                    

Estaba caminando por el bosque sin un rumbo exacto, los árboles se veían diferentes y el cielo estaba nublado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba caminando por el bosque sin un rumbo exacto, los árboles se veían diferentes y el cielo estaba nublado. No sabía a donde me dirigía, pero no podía detenerme. Hasta que vi a mi madre. Ella estaba a unos metros de mi, mirándome con una sonrisa. Iba a acercarme a ella, pero no pude moverme.

Mi madre parecía no notarlo y seguía sonriendo, hasta que su expresión cambio repentinamente. Ahora se veía asustada, sus ojos reflejaron miedo y angustia. Nunca la he visto tan atemorizada, siempre habia sido valiente y no le tenía miedo a nada.

Al observar en la dirección que ella miraba, sentí mucho terror verlos otra vez. Eran los mismos cuatro hombres de aquella vez.

Se acercaban a mi madre, mientras yo seguía sin poder moverme para detenerlos. Era como si una barrera me impidiera avanzar hacía donde estaban. Incluso tenía una pistola en la mano pero era inútil, no podía hacer ningún movimiento. Estaba paralizada.

Sabía que era un sueño, necesitaba poder despertar. Mis lágrimas salían viendo como le disparan mientras ríen a carcajadas. Ella cayó al suelo sangrando, su herida estaba en el mismo lugar del disparo por el que había muerto. Esos hombres sacaban sus cuchillos para continuar con lo que han iniciado, uno de ellos empezaba a desabrocharse el cinturón.

Yo estaba desesperada mirando sin poder hacer nada para evitarlo. Gritaba hasta desgarrar mis cuerdas vocales, pero lo único que podía escuchar son las risas de esos malditos y los gritos pidiendo ayuda de mi madre.

Cuando terminaron yo miraba al suelo, incapaz de continuar observando la escena. Pero ahora el cuerpo sin vida de mi madre estaba frente a mi.

Estaba llena de sangre, moretones y la ropa desgarrada. El sentimiento de culpa que siempre he sentido se apoderaba nuevamente de mi, otra vez no pude evitarlo. Lloré desconsoladamente escuchando la voz de Negan en mi mente que me repetía una y otra vez que era mi culpa. He perdido a mi madre nuevamente, sin haber podido salvarla como ella me ha salvado a mi.

En ese instante, mi madre despierta. Pero no era ella, estaba convertida y mordió mi brazo desgarrando mi piel. Sin embargo, yo no sentía dolor y solamente di un respingo por la impresión de ver a mi madre como caminante.

Después todo el lugar comienza a desvanecerse volviéndose oscuridad. Observé a mi alrededor, pero mi vista se hacia borrosa conforme lo demás desaparecía.

Al abrir los ojos, me encontraba recostada en mi habitación del Santuario. Tenía el pulso acelerado y fue cuando recordé lo que había soñado, fue otra de mis pesadillas.

Sabía que era por la culpa que sentía al no haber podido hacer nada para salvar la vida de mi madre o haber evitado su muerte. Pero como nada tenía solución, las pesadillas me perseguirían sin falta cada que me duerma.

Ahora era de madrugada, la mayoría de los Salvadores estarían dormidos.

Después de los sucedido en Alexandria, estaba cubierta de sangre por la cantidad de caminantes que había asesinado. Como llegué casi al anochecer, solo había podido cambiarme de ropa. Tomar una ducha en el Santuario por la noche, no era opción porque es el horario más peligroso.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora