Capítulo 40 • El príncipe Henry

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La feria estaba cada vez más cerca y los residentes de Hilltop partirían el día de mañana temprano rumbo al Reino

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La feria estaba cada vez más cerca y los residentes de Hilltop partirían el día de mañana temprano rumbo al Reino.

Por lo que ahora estaban organizando lo que llevarán, así que Tara se veía muy ocupada y fueron Diana junto a Enid quienes más se involucraron para apoyarla en sus preparativos. Pasando de esa manera un tiempo agradable juntas las tres, para que Tara se relajara un poco de sus deberes como líder.

— Eres una gran líder, Tara. No necesitas preocuparte más de la cuenta —le dijo Diana.

— Diana tiene razón —dijo Enid.

— Es que debo hacer un buen trabajo para honrar la memoria de Jesus y liderar como él lo haría —confiesa Tara.

— Lo estás haciendo muy bien —le dijo Enid.

— Sí, pero eso explica porque sientes tanta presión. Tienes que líderar como Tara Chambler lo haría —dijo Diana.

— Eso es verdad y sabemos que de igual manera, siempre serás una gran líder —coincide Enid.

— Bueno, intento serlo. Por lo menos en lo que regresan Maggie y Glenn. Quiero entregarles un Hilltop tan prospero y fuerte como lo dejaron —dijo Tara.

— Lo harás —le dijo Enid.

— ¿No ha habido más noticias de ellos? —pregunta Diana.

— Sus cartas son cada vez menos frecuentes, así que no —le dijo Tara.

Enid parecía un poco entristecida por no saber de ellos debido a que los extraña y se había hecho tan cercana a ellos que los veía como parte de su familia. Pero espera que regresen pronto y así volver a organizarle más cumpleaños a Hershel.

Más tarde, cuando terminan con los preparativos para la feria. Diana va hacía la herrería donde estaba Carl, quien le ayudaba al señor Sutton en el trabajo junto a Alden. Con más razón ahora que Henry se ha marchado.

— Es hora de la comida para todos —dijo Diana.

— Solo lo dices porque quieres llevarte a Carl —bromea Alden.

— No, de verdad. Ya es tiempo de su descanso para almorzar —le dijo Diana—. Aunque también quiero llevármelo.

— Novias, siempre extrañándonos —dijo Alden.

— ¿Significa que Enid sí es tu novia? —pregunta Diana—. Entonces deberías formalizar ese título.

— Diana tiene razón, es lo que vuelve todo más especial —le dijo Carl.

— Cierto —dijo Alden.

— Puede ser importante para ella —dijo Diana.

— Es lo que haré... después —asegura Alden.

Cuando Carl se quita el mandil de herrero, se aleja con Diana y mientras la rodea con un brazo, empezaron a caminar juntos para conversar porque habían dejado a Alden pensativo.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora