Capítulo 57 • Me encanta tu cicatriz

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Al día siguiente, en el gazebo de la comunidad

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Al día siguiente, en el gazebo de la comunidad. Diana estaba con Lydia escuchándola leer con dificultad un libro sobre un payaso siniestro, lo que podía ser un poco espeluznante para muchos. Pero es lo que más ha llamado la atención de Lydia y por eso su fluidez con la lectura mejoraba con el pasar de las páginas.

Solo que hubo un momento en que se detuvo y miro al suelo. Desde que Diana le contó sobre la nota de ayer, Lydia no ha estado tranquila.

— ¿Qué sucede? —pregunta Diana.

— Pueden estar muy cerca y mandar una horda. Incluso matar a alguien más volviéndose a infiltrar en la comunidad —dijo Lydia.

— Lo sé. Anoche no hubo nada que lamentar, pero podríamos no volver a tener esa suerte. Hay que descubrir por donde entraron —le dijo Diana.

— El mismo lugar por el que se llevaron a Enid —murmura Lydia.

— Seguramente, de otra manera los guardias los habrían visto —dijo Diana.

— Tal vez fue en un cambio de guardia. No hay otra forma de que puedan entrar aquí de no ser por el portón o los muros, ¿verdad? —le pregunta Lydia.

— Hay otra, pero solamente los residentes la conocemos —menciona Diana.

— ¿Cuál es?

— El alcantarillado.

Lydia la mira con preocupación, conocía los movimientos de Los Susurradores porque aprendieron todo de su madre y podían ser muy peligrosos si tenían ventaja.

— Pero es imposible abrirlo desde afuera y no hay manera de que pudieran entrar por ahí. Aunque de todas formas, el lugar tiene vigilancia desde lo de Enid —le dijo Diana.

— Todo es muy confuso, siento no poder ayudarlos —dijo Lydia.

— Está bien, hicieron lo que pudieron y nadie podía imaginarse que esto tardaría en terminar —comenta Diana.

— ¿Creés que estamos listos para cualquier ataque? —le pregunta Lydia.

— Sí, más que preparados. Los vencimos dos veces y lo haremos otra vez, la tercera es la vencida —dijo Diana.

— La primera fue a su horda y la segunda les tocó a ellos. ¿Quiénes serán los siguientes? —pregunta Lydia.

— No me importa quienes sean. Solo sé que voy a matarlos y en especial al asesino de Enid —le dijo Diana.

Lydia asiente, estando segura de que Diana lograría vengarse del asesino de su mejor amiga sin saber aún su verdadera identidad. Ninguna de las dos se imagina de quien se trata.

— Mejor no hablemos de eso, necesito enfocarme en otros temas porque de lo contrario voy a enloquecer y saldré yo misma a buscarlos, lo que no es prudente ahora —dijo Diana.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora