Capítulo 31 • Hacerlo sin venda

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AVISO: Este capítulo incluye contenido +18 entre los personajes principales, lo cuales tienen la mayoría de edad

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AVISO: Este capítulo incluye contenido +18 entre los personajes principales, lo cuales tienen la mayoría de edad. Léanlo bajo su propia responsabilidad.

Por la mañana del siguiente día, todo era tranquilidad. Carl fue el primero en despertar, se apresuró a ponerse su venda con cuidado y luego se quedó observando a su chica misteriosa dormir durante unos minutos. Para apreciar la manera en que dormía con ese cabello castaño esparcido en la almohada; detallando su rostro y admirando lo hermosa que ella es.

Carl sentía un sentimiento intenso, era como si Diana hubiese sido creada para él. Para dormir entre sus brazos, ser besada solo por él y agitar su corazón con cada una de sus sonrisas.

Verla dormir con los labios entre abiertos siempre será lo más hermoso que Carl ha visto en toda su vida.

Acercó su mano a su rostro con dudas, deseaba tocar su piel, pero indeciso la bajó varias veces con temor a que ella se pudiera despertar en el momento en que sintiera su toque.

Pero después de unos minutos de pensarlo mucho, decidió tocar sus labios con su dedo índice y ese solo roce hizo que una electricidad recorriera su cuerpo. En ese momento su corazón se aceleró, latiendo frenéticamente.

Carl ahora sonreía mientras sentía sus mejillas calentarse indicado que estaba sonrojado, como todo un chico del sombrero enamorado de su chica misteriosa porque se ponía nervioso con solamente la cercanía de Diana, aún ella estando dormida.

Así se sentía estar profundamente enamorado, pensó.

Carl volvió a acariciarle el rostro, está vez con más confianza, pensando en que ella no se despertaría y en el momento que estaba más entrenido la vio abrir los ojos. Un poco aturdida por el sueño, pero con una sonrisa.

Una vez que Diana está completamente despierta, se da cuenta que Carl estuvo observándola dormir.

— Buenos días, amor —dijo Diana.

— Buenos días, hermosa —dijo Carl.

Diana se acercaba más a Carl para quedar a tan solo centímetros de su rostro sin dejar de mirarlo.

— También eres rápido para ponerte la venda —le dijo Diana.

— ¿También? —pregunta Carl.

— Sabes a lo que me refiero...

Carl le sonríe, pero Diana con su comentario hizo que se estremeciera de tan solo recordar lo que hicieron ayer. Aunque lo que ahora observaba ella, era su venda. Sabía que Carl se había despertado muy temprano para ponérsela antes de que Diana lo viera.

— ¿Por qué no quieres que te vea sin venda otra vez? —le pregunta Diana.

— No quiero que nadie lo haga —dijo Carl.

— Pero a mi me gustaría mucho volver a verte sin esa venda —dijo Diana.

— ¿En serio? —pregunta Carl.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora