Capítulo 28 • Yo te protegeré

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Cuando Diana llegó a Alexandria, subía por el muro con mucho cuidado hasta que estuvo del otro lado y pudo saltar

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Cuando Diana llegó a Alexandria, subía por el muro con mucho cuidado hasta que estuvo del otro lado y pudo saltar. No se dio cuenta que alguien ha estado ahí mismo esperándola. Un chico de sombrero que no estaba nada contento con que haya salido al bosque sin compañía y sin avisarle a nadie.

— ¿POR QUÉ SALISTE SOLA?

La voz de Carl sonaba molesta, además de que habló muy fuerte. Diana lo miró con confusión, nunca le había alzado la voz de esa manera.

— Estaba por ir a buscarte —le dijo Carl.

— Estoy bien, sabes que puedo cuidarme sola. Lo he hecho durante mucho tiempo —dijo Diana.

La chica misteriosa se cruzó de brazos, evidentemente disgustada por la manera de hablar de Carl. Gesto que no pasó desaparecido por su chico del sombrero, así que se tranquilizó y se acercó a ella para depositar un tierno beso en la frente de Diana.

— Perdón, es que la última vez que saliste sola te llevaron en contra de tu voluntad al Santuario y no quiero que vuelvas a estar en peligro. Si algo malo te pasa no me lo perdonaría nunca.

Diana lo mira en silencio, aún cruzada de brazos. Era verdad, fue muy egoísta al salir al bosque sin avisarle a nadie.

— Lo cierto es que no podría vivir sin ti —confiesa Carl.

— Eso no sucederá, Carl. Estoy contigo y siempre lo estaré. Lamento haber salido sin avisarte —le dijo Diana.

— No vuelvas a hacerlo. Cada vez que quieras, yo voy a salir contigo y sin importar la hora, tú puedes venir a buscarme —dijo Carl.

— Sobre eso quería hablarte...

— ¿Sobre eso?

— Pero antes, ¿ya desayunaste? —le pregunta Diana.

— No, quería desayunar contigo y no te encontré en tu casa —responde Carl.

— Entonces vamos a desayunar porque me gustaría que salgamos más tarde al bosque juntos —dijo Diana.

— Así será —le dijo Carl.

Fueron hacía la casa de Diana, en el camino vieron a Tara y la saludaron. Pero continuaron caminando, lo que Diana también quería contarle a Carl era sobre que volvió a ver al niño que le advirtió sobre su grupo.

— ¿Recuerdas que hace unos meses en el bosque vi un chico con una máscara de caminante? —pregunta Diana.

— Sí, lo recuerdo y sigue sin agradarme —dijo Carl.

— Carl, no seas celoso. Era solo un niño, solo un año más mayor que Henry y volví a verlo hoy —le dijo Diana.

— ¿Qué? —le pregunta Carl.

Justo habían llegado a la casa, así que Diana abrió la puerta y entró seguida de Carl, quien cerró la puerta detrás de él.

— Antes de que empieces con tus celos de macho, déjame decirte que; primero, es solo un niño y segundo, yo solo te amo a ti. Nunca se te ocurra dudar de mi amor —aclara Diana.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora