Capítulo 81 • Los secretos del CRM

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Por la mañana del día siguiente, todo seguía igual de tranquilo en Alexandria

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Por la mañana del día siguiente, todo seguía igual de tranquilo en Alexandria. Los aliados del CRM continúan con su visita y han seguido conociendo a los residentes, de manera que su unión se fortaleció aún más durante su estancia en la comunidad. Muchos encontraron amistades con intereses en común, que se parecían más de lo que pensaron posible. Todo indica que surgiría una fuerte alianza con los miembros de la resistencia y lo que aún queda de la República Cívica.
 
El estado de Rosita es estable, así que lo que parecía imposible se había convertido en realidad: se ha levantado de la cama y ha salido al exterior para sentir nuevamente el sol en su rostro. No creyó que viviría para ver un día más.

La noticia de su recuperación fue todo un acontecimiento porque después de tantos años de lucha, finalmente tenían una verdadera oportunidad de darle batalla a la enfermedad que ha afectado a tantos. Se convirtió en un símbolo de esperanza para todos, inspiró a las personas y les recordó que incluso en tiempos oscuros, la lucha valía la pena. 

Diana permanecía en casa, pero se sentía mejor y bajó hasta la sala, donde su chico del sombrero le sirvió una taza de té mientras la chica misteriosa leía su libro favorito en voz alta. Carl la miraba atento, al mismo tiempo que fingía prestar atención a la historia que ambos conocen de memoria. Pero en verdad solo podía pensar que pronto serían padres.

— ¿En qué piensas? —pregunta Diana, notando la expresión concentrada en el rostro de Carl.

— Un bebé, Diana. Nuestro bebé —dijo Carl, su voz llena de alegría.

Se sonrieron y sintieron que todo parecía posible. El chico del sombrero acarició el vientre de Diana, imaginando el futuro que les esperaba. Y en ese instante, lo que más importaba era el amor que compartían y la vida que crecía dentro de su chica misteriosa.

Minutos más tarde, tocaron a su puerta los científicos médicos. Por lo que entraron con jovialidad cuando les abrieron, sus batas blancas ondeando como banderas de conocimiento y misterio.

Liam ha prometido esperar a que Diana de a luz para tomar muestras de sangre y analizarlas. Ahora solamente necesitan conversar. Hay información del CRM que aún no conocen, la cual aclararía muchas dudas respecto a la persona que inició todo.

— Estabas débil y atrapada. Corbin no te consideraba una amenaza —le dijo Liam, recordando los momentos en que Diana había estado prisionera en las garras de la República.

— No me conocía —dijo Diana.

— Fuiste muy fuerte —menciona Josette.

— Solo pensaba en buscar a Carl y volver con mi gente. Supuse que Corbin realmente no estaba buscando una cura —le dijo Diana.

— ¿Qué buscaba en realidad? Sacarle toda su sangre de una vez, con lo importante que resulta ser. No tiene lógica —dijo Carl.

— Están en lo cierto, lo único que Corbin quería lograr era evolucionar el virus. Ya lo hizo antes con la sangre de la señora Lisa antes de que salgamos de Francia, así que no les aconsejo viajar a la ciudad del amor por ahora. Al menos, hasta que encuentre una manera de solucionar lo que hizo mi hermano —explica Liam.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora