❝Siempre serás mi chica misteriosa❞
Eran unos niños cuando se vieron por primera vez, pero ese encuentro fue el inicio de su historia. El destino los volverá a unir años después para enfrentarse juntos a muchos retos y personas crueles. Ambos se nec...
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Durante los siguientes días, estuvieron buscando al hombre de la gasolinera para llevarle más comida y muy probablemente, recibirlo en Alexandria.
Carl había hablado con Rick sobre el tema con más calma y lo ha convencido, aunque se tomó su tiempo para pensarlo. Pero finalmente comprendió lo que su hijo pedía.
No tenían que olvidar lo que pasó, pero si podían continuar y dejar de tener miedo de una nueva guerra porque nadie tiene que vivir así. Ya han empezado todo de nuevo, ahora debían seguir y hacerse más fuertes.
Mostrándoles a todos que estarían a salvo mientras estuvieran juntos porque solo así podrian sentirse seguros otra vez.
Carl ha logrado que Rick entendiera que solamente quería hacerlo sentir a salvo, justo como él se sentía tomándolo de la mano cuando daban paseos y tenía tan solo tres años.
Le ha explicado que dándole la mano Carl se sentía feliz y especial. Se sentía a salvo.
Podrían volver a tener cumpleaños, colegios, trabajos e, incluso, noches de viernes de pizza. Quería que vuelvan los paseos de un padre y su hijo de tres años tomados de la mano.
Así que después de su conversación con Rick, sabía que juntos harían que todo eso vuelva.
Esa mañana, irían nuevamente al bosque en busca de aquel hombre y esperaban poderlo encontrar. Pero por está vez, es que Diana y Carl iban a ir solos porque tanto Rick como Michonne tenían otros asuntos que resolver, aunque nada de cuidado.
Diana fue la primera en despertar, pero segundos después Carl también lo hizo. Estaban abrazados y muy juntos, así que ella se acerca más para darle un dulce beso de buenos días.
— Hoy tenemos que ir al bosque —le dijo Diana.
— Como íremos solos tú y yo podemos hacer una parada en la cabaña —dijo Carl.
— ¿Por qué esperar? —pregunta Diana.
Entonces continuaron besándose de manera más intensa, el chico del sombrero acariciaba su cuerpo y estuvo a punto de quitarle las bragas, lo único que traía puesto. Pero fue hasta que escuchan que alguien toca la puerta de abajo, interrumpiendo su momento y haciendo que Carl se queje.
— ¿Quién será tan inoportuno? —le pregunta Carl.
— Yo iré a abrir, tú vístete —dijo Diana.
— Si no abrimos pensarán que no estamos y se irán —propone Carl.
Pero Diana niega con la cabeza levantándose para ponerse sus jeans seguido del sujetador y su blusa. Quedando así completamente vestida a diferencia de Carl, quien solo tenía la sábana blanca cubriendo su cuerpo.
— Vístete —le sonreía Diana.
Aunque Diana quería seguir admirando como se veía Carl así; con la cicatriz al descubierto y desnudo, ella tuvo que salir de la habitación para luego apresurarse a bajar las escaleras.
