Capítulo 59 • No más mentiras

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Temprano por la mañana, fue cuando Lydia se da cuenta que esta sola en casa

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Temprano por la mañana, fue cuando Lydia se da cuenta que esta sola en casa. Sabía que su hermano salió ayer por el bosque y aunque no estaba contenta, lo ha aceptado tratando de no pensar en todo lo que podría sucederle.

Es la ausencia de Liz en la que piensa, porque lejos de sorprenderle, la entristece.

Con Sam afuera, arriesgando su vida junto a Sergio ya que no saben a quien se enfrentan. Lydia esperaba que su hermana estuviera a su lado y le preocupe más que su hermano estuviera afuera de los muros de Alexandria desde la tarde de ayer. Pero en su lugar, sabe que ha vuelto a dormir en casa de Gage.

No le molesta que lo haya hecho en cualquier otra ocasión, lo que realmente enfada es que no estuviera acompañándola hoy mientras ambas se dan ánimos de que pronto verían a su hermano entrar por el portón.

Puede que estuviera siendo sentimiental, pero con su cambio de actitud creía que podían permitirse eso.

Tal vez no debería pedir tanto, Liz dio un gran e importante paso al olvidar los ideales de Alpha. Fue tanto el cambio que ahora se llevan mucho mejor y hace seis meses no lo hubiese podido creer. Pero ahora su niña interior, que siempre deseó tener una hermana, esta muy feliz por esto.

Lydia habría querido que desde pequeñas hubiese sido así, pero al menos ahora lo es.

Solo que estaba por descubrir la dura realidad.

Antes de volver a cerrar la puerta de la habitación de Liz, se le ocurre entrar. Quería conocer más a su hermana y creyó que podría encontrar alguna carta romántica para Gage que le confirme lo que la rubia ha intentando en negar ante todos: su primer enamoramiento.

Sin embargo, se detiene en seco cuando encuentra algo que le parece muy familiar.

La máscara de Liz.

Muy parecida a la suya en tamaño, pero que en su momento fue usada con inmenso orgullo por su hermana.

Para Lydia lo raro fue que Liz siguiera conservándola. Creía que la había deshechado como ella lo hizo para olvidar su pasado y empezar otra vez en este lugar que les abrió las puertas.

Observa en sus manos la máscara en un completo silencio, tratando de comprender. Puede que Liz la vea como el único recuerdo que tienen de la vida junto a madre y se convence de que es la única razón.

Así que continúa buscando por encima de la habitación sin mover nada. No pensó en que estaba invandiendo su privacidad, solo quería saber si la relación de Liz con Gage iba en serio.

Pero lo cierto es que, el destino hizo que entrara ahí. Era tiempo de que alguien descubra lo que ocurría y si no lo hacía Lydia, nadie más podría hasta que fuera demasiado tarde.

Fue entonces cuando se tropieza con una prenda olvidada debajo de la cama.

Lydia no iba a tomarle importancia, solo que al observar dicho suéter se da cuenta que solo vio a una persona usándolo antes de su desaparición.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora