Capítulo 64 • Hogar dulce hogar

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Por la mañana del día siguiente, se percibía un ambiente más pacífico en Alexandria

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Por la mañana del día siguiente, se percibía un ambiente más pacífico en Alexandria. Sabían que lo malo había terminado porque se sentía en el aire y podían continuar con sus vidas, tratando de olvidar tanto como podían todo el daño que les hizo un grupo con máscaras de caminante.

Diana ahora estaba sentada en el banco mecedor del porche leyendo su libro, mientras que Carl había entrado un momento a casa para traerle una taza de té.

En ese tiempo, fue que Daryl pasa caminando por ahí para saludarla y averiguar como se sentía.

— Hey, ¿todo bien? —pregunta Daryl.

— Sí, gracias —dijo Diana.

Daryl supuso que lo mejor era no hablar sobre lo ocurrido ayer y observa el libro que leía Diana.

— ¿Volviste a empezar con la historia? —le pregunta Daryl.

— Por tercera vez, creo —contesta Diana.

— Sí, no me sorprende —dijo Daryl.

— Es que me gusta mucho —le dijo Diana.

— Hay que encontrar el que falta —comenta Daryl.

Diana sonríe negando con la cabeza y se le ocurre una idea para que Daryl permanezca dentro de Alexandria envés de volverse a ir.

— Mejor te puedo prestar alguno —dijo Diana.

— No, de ninguna manera —le dijo Daryl.

— Pero los leíste antes —menciona Diana.

— Eso fue en el pasado —dijo Daryl.

— Bien, ya no insistiré. Pero vamos a cazar un día —le dijo Diana.

— De acuerdo, para que no olvides como rastrear —acepta Daryl.

— Trato hecho  —dijo Diana.

Daryl asiente, para luego alejarse. Aún a Diana le sorprendía que quiera encontrar los libros para dárselos y que así pueda leer toda saga. Es lo que ella habría querido que haga su verdadero padre, quien nunca lo intentó siquiera.

Volvió a su lectura hasta que Carl salió de la casa con lo que ha prometido y le entrega a Diana su taza de té.

— Gracias, amor —le dijo Diana.

Carl se sienta a su lado, también con una taza de té y observa a su chica misteriosa muy atentamente. Pasó toda la noche sin dormir pensando en como pedirle que sea su esposa, solo que sigue sin saber cuando hacerle la propuesta. No estaba seguro de si quería que sea algo planeado o espontáneo, pero debía ser mágico.

Diana lo mira, sintiendo la mirada indescifrable de su chico del sombrero sobre ella. Ni se imagina lo que piensa.

— ¿Qué? —pregunta Diana.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora