Capítulo 13 • Primer beso

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Por la noche, Diana había regresado a casa de Olivia

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Por la noche, Diana había regresado a casa de Olivia. Aunque los Grimes le insistieron de que podía quedarse a dormir en la habitación de Carl y él podría dormir en el sofá. Pero Diana no aceptó porque le parecía una situación incómoda, solo quería que se olviden de lo sucedido.

Después de una ducha, Diana estuvo leyendo de pie en su habitación y caminando para que su cabello se secara. Pero después de un rato, cerró su libro y se puso a observar por la ventana.

Pensaba en el tiempo que estuvo en la casa de los Grimes, todos habían sido tan amables con ella. Michonne le tomó la temperatura para asegurarse que realmente estuviera bien. Rick le hizo preguntas como si fuera un doctor, aunque no supiera mucho sobre medicina. Enid le sirvió un plato de sopa, incluso quiso dárselo como si realmente Diana estuviera enferma y no pudiera moverse. Carl le preguntó a cada segundo si se encontraba bien, insistía en llevarla a dormir y antes las negativas de Diana, lo que hizo fue cubrirla con una manta mientras permaneciera en el sofá. Daryl le preguntó sobre el arco que tenía y cuando Diana le dijo que todavía no sabía usarlo muy bien, el señor ballesta se ofreció a enseñarle. Aunque no fueran la misma arma, eran parecidas y la puntería es esencial en ambas. Solo que Daryl no tenía consigo su ballesta porque aún estaba en posesión de Dwight, pero eso no impediría que pudiera enseñarle.

Por primera vez después de tanto tiempo, Diana se sintió en familia.

Extrañaba a su hermano, pero ahora sabía que podía tener una nueva vida en Alexandria. Aunque nunca iba a perder las esperanzas de encontrar a Sergio, quien podría o no estar muerto. Pero mientras Diana no sintiera que lo estaba, aún tenía posibilidades de encontrarlo.

Cuando seguramente era la una de la mañana y todos en Alexandria tendrían que estar dormidos. Diana no iba dormir porque no quería ver una nueva pesadilla. Así que decidió ir a tomar aire fresco, se sentía libre al poder salir de su habitación con tranquilidad.

Diana bajaba las escaleras sin hacer ruido y abrió la puerta con delicadeza. Cuando salió de la casa, se quedó en el porche y fue a sentarse a las gradas. Miraba el cielo nocturno con estrellas parpadeando, hacía una noche tranquila y despejada, perfecta para la observación de los astros. La plateada luz de la luna bañaba la comunidad y soplaba una fresca brisa.

Se preguntaba si realmente era correcto asesinar a Negan, es su padre después de todo y antes de su rotundo cambio, le ha enseñado a Diana como sobrevivir con los caminantes. Pero no estuvo presente cuando Diana tuvo que aprender sola a defenderse de Los Salvadores. Lo que era confuso para ella porque si los tenía amenazados con no asesinarla, no entendía sus razones para permitir que intentaran abusar de ella. Lo que significaba que la quería viva, pero no le importaba que sufriera. Era por eso que sus pesadillas parecían tan reales, no estaban tan alejadas de lo que realmente sucedía. Pero Diana no le tenía miedo a Negan cuando estaba despierta, solo que en sus pesadillas se sentía indefensa y débil, que es como normalmente te sientes cuando estás soñando.

El Chico del Sombrero • Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora