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He pasado todo el día con Daniel y me la he pasado de maravilla. Me hizo reír de mil maneras y se ha abierto conmigo, en unas horas, mucho más de lo que Harry lo ha hecho en dos semanas.

Fuimos a comer a un pequeño resto bar cerca de las afueras de la ciudad, camino a la Academia, y nos hemos quedado allí un par de horas. Cuando terminamos, me ofreció la mano al momento de irnos.

—Vamos, se está haciendo tarde. Max hará una fiesta en su piso, es el mismo de ayer, ¿te interesaría ir?

Tomo su mano y me pongo de pie, la suelto y arreglo mi cabello y así desiste en volver a tomármela.

—La verdad es que aún me estoy recuperando de la noche anterior, pero gracias —asiente y me sonríe sin mostrar los dientes.

—Está bien, no hay presión.

Luego de pagar la cuenta, subimos a su auto y nos dirigimos a la Academia.

—¿Sabes? De todas las chicas que alguna vez guie por la academia, tu eres la más simpática —sonrío y veo como toma una gran bocanada de aire y sonríe nervioso—. Emma... enserio me gustas —no, no, no... ahora no, por favor—. Sé que es rápido, pero no lo puedo evitar. No te asustes, no te estoy pidiendo nada, solo quiero que sepas que me gustaría seguir saliendo contigo.

Río un tanto incomoda, sin poder disimular la sorpresa de mi rostro, y me acomodo mejor en el asiento, jugando con la radio para no prestarle tanta atención. Lamentablemente, termina notando lo colorada que me he puesto.

—Lo siento, no debí apresurarme. Solo... olvídalo.

Está muerto de vergüenza y sus manos tiemblan un poco al tomar el volante. Daniel es muy tierno, además de guapo, lo admito, pero no esperaba este tipo de declaración.

—No, Daniel, no te preocupes. Está bien. Tú también me agradas y no veo porque no seguir juntándonos o algo. Eres muy bueno conmigo y te estoy profundamente agradecida—. Sonrió con sinceridad y al notarlo se tranquiliza.

Luego de su sonrisa hay un incómodo silencio, hasta que vuelve a hablar.

—Entonces Harry... ¿enserio no venias con el hoy? Pareció molestarle que te fueras conmigo —no puedo creerlo, el rey de Roma vuelve a ser el centro de la conversación, ¿cómo no?

Suspiro para mí y me paso las manos por la frente.

—Estaba con una amiga, como él dijo y eso no es verdad. A Harry no le puedo importar menos —le doy poca importancia a su mentira y me dedico a ver el camino verde que nos rodea, inmersa en mis propios pensamientos.

—Bueno, sobre él... no te sientas mal, no le importa nadie además de sí mismo.

—No me siento mal, a mí tampoco me importa Harry, que de repente le hable es mera coincidencia —me quedo callada unos segundos y pasamos por la entrada de la academia. Justo cuando esta estacionándose, me entra la duda—. ¿Cómo es que ustedes dos son amigos?

Me observa y ríe mientras apaga el motor del coche.

—La verdad es que no lo sé. Tampoco sé si me considera amigo suyo y me pregunto a diario si yo lo considero a él amigo mío. No estoy seguro que piense tener amigos, solo gente con la que se junta... y Niall. Niall vendría siendo su único amigo, se conocen de hace mucho.

Qué triste escuchar eso, pero por algo será ¿no?

—Oh... es un chico solitario.

—Así parece gustarle su vida —tamborilea el manubrio con los dedos y me dedica una sonrisa—. No le tengas lastima, es su culpa.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora