⋇LOVED YOU FIRST⋇

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65-A

Emma

Despierto desparramada en la cama de Harry mientras el sigue dormido con su brazo rodeando mi cintura y su boca semiabierta pegada a la almohada; aun así, logra verse mejor que cualquier otro hombre en la tierra.

No quiero despertarlo, pero es tan lindo, que no puedo evitar ponerme de costado para poder admirarlo de ese modo sin que me dé torticolis y también acariciar sus rizos esparcidos por su cara.

—¿Qué tan espeluznante es que me estés observando mientras duermo?

Me sobresalto y le brindo un suave manotazo a el hombro.

—Idiota —abre un ojo al mismo tiempo que sonríe y me arrastra más hacia él, fortaleciendo el abrazo y depositando pequeños besos en mi cuello.

—Buenos días también para ti, linda.

Una sonrisa se dibuja automáticamente en mi rostro y lo beso; lo beso con ternura y me lo sigue con esmero. Me separo dos segundos de él para aprovechar de hundirme en su hermoso par de esmeraldas, pero mi celular me distrae cuando suena la alarma y cuando la apago, veo unos siete mensajes de una tal "Carol", quien resulta ser mi nueva jefa.

—¡Mierda! —me levanto rápidamente y salgo corriendo al baño a buscar mi ropa, que ruego, por favor, esté seca.

Había olvidado que hoy era mi primer día de trabajo en el café de la academia y no podía estar más atrasada.

—¿Qué pasa? —Harry arrastra ronca las palabras, aún adormilado, mientras se estira por todo el colchón.

Me visto lo más rápido posible y luzco como los mil demonios, pero voy muy atrasada y mi nueva jefa ya me ha enviado unos tres mensajes preguntando si iré o no.

—Hoy es mi primer día de trabajo y se me había olvidado por completo —me pongo las zapatillas mientras salto en un pie y busco mi cartera por todos lados.

Escucho como ríe y lo observo cuando se sienta en la cama, con el torso desnudo y refregándose los ojos.

—¿Trabajo?

—Sí, Harry. Yo también necesito trabajar en algún momento —se queja echando la cabeza para atrás y me atrae a él tomándome de la mano.

—No necesitas trabajar, tienes 18 —me besa el abdomen apoyando luego su frente entre mis costillas y aunque me encantaría quedarme toda la mañana con él, es imposible.

—Lamento arruinar el momento, pero sí tengo que, solo tienes un año más que yo y trabajas —niega con la cabeza y me mira apoyando su mentón en mi cuerpo.

—Dos años mayor, y lo hago porque me gusta —se pone de pie y besa mi frente—. Te llevo, llegarás cuando se esconda el sol si esperas el autobús.

—Eres un viejo —le sonrío y entrecierra los ojos cuando río—. Estaba pensando en tomar un taxi, estás cansado y ni siquiera te has vestido. No te preocupes, pero gracias.

En dos segundos se pone sus jeans y una camiseta limpia que saca de un cajón de su armario, con un golpe estratégico su cama se levanta y vuelve a desaparecer, cerrando las puertas en donde permanece guardada.

—Solo me lavo los dientes y estoy contigo —dice mientras termina de colocarse los tremendos bototos que suele usar.

Me quedo boquiabierta por el acto y lo sigo con la mirada hasta que entra al baño y sonríe mientras se lava los dientes. Río por cómo se ve lleno de pasta de dientes y hago una mueca de asco solo para molestarlo, a lo que me arroja un chorro de agua.

—¡Harry!

—Ya voy, ya voy —ríe cuando está por terminar, sale del cuarto de baño, y toma sus llaves—. Listo.

Beso su mejilla y me sonríe.

—Gracias por esto.

—No hay problema.

Salimos del restaurante y por suerte nadie nos ve. Entramos al coche de Harry y nos vamos rápidamente. Le doy una pequeña mirada a la mancha que he dejado ayer, no puedo creer que se tome el tema tan a la ligera, yo juro que quería que me tragara la tierra en ese mismo momento.

—Deja de preocuparte por eso.

Mis mejillas se entibian y desvío la vista a la ventana.

—Perdón.

Llegamos después de unos minutos a la academia y me bajo rápidamente del coche. No hace falta que me despida de Harry, porque me sigue al mismo paso que voy yo.

Llegamos al "Café Claro Oscuro", mi nuevo lugar de trabajo, y cuando entro mi nueva jefa está en la caja esperando por mí. El local está habitado, pero no repleto, y sus ojos se clavan directo a los míos cuando oye la campanita de la puerta al abrirse.

—¡Emma! Ya pensaba que no llegarías —dice sonriendo ampliamente.

—¡Carol, Discúlpame! Me quede dormida, sé que llego muy tarde, pero...

—No te preocupes —me interrumpe y me guía hasta la caja—. Es tu primer día, así que simplemente te explicaré que deberás hacer y... —deja de hablar cuando se da cuenta de la presencia de Harry—. ¿Señor Styles? No sabía que venía hoy.

¿Señor Styles? ¿Qué?

—Hola Carol, solo vine de paso —le sonríe, educado como nunca antes, con sus manos en los bolsillos observando cada detalle del lugar.

—Aam, ¿se conocen? —mi nueva jefa, Carol, me mira y luego a él nuevamente.

—Mi padre es dueño del café —se me cae la mandíbula al suelo y lo veo sin poder creerlo.

—¿Qué?

—Si, bueno, cuento corto, tú tienes que acompañarme —dice Carol y le sonríe a Harry—. Un gusto verlo, saludos al Señor Styles.

—De tu parte —Harry se despide con la mano y me dedica una sonrisa—. Nos vemos, Emma.

Desaparece por la puerta sin decir más y ahora que se fue no tengo ganas de trabajar, pero la insistente voz de Carol me recuerda que lo necesito.

Estoy de 10 a.m. a 1 p.m. trabajando como mesera y, aunque la paga no es la mejor, me llevo una buena propina. Además, para las horas que trabajo, lo que me pagan me ayuda bastante. Lo mejor es que el sueldo es diario y no mensual. Al fin y al cabo, solo debo trabajar tres días a la semana.

Hoy no fue pesado, la mañana se basó en Carol explicándome cada detalle de mi labor, y para cuando tuve que poner todo en práctica, ya se había ido mi primera hora de trabajo. Además, que el ir y venir de los mensajes de Harry preguntándome como iba todo también fueron de ayuda para poder sobrellevar la mañana.

Estoy ansiosa por volver a verlo, se comportó de una forma tan diferente, pero propia de él. Por lo menos conmigo muestra una actitud genuina y no una coraza maldita y mal forjada del invento de hombre que se fuerza a ser; junto a mí puede ser él mismo. Además, tiene que explicarme todo eso de que su padre es el dueño de este café, ese es otro secretito que me tenía escondido.

Volviendo al tema, Carol es una gran jefa, y como estos trabajos están hechos especialmente para alumnos de la academia, no es tan seria al respecto. Creo que me va a encantar aquí.

De todas formas, termino agotada. Aprovecho de almorzar en el mismo café y luego de eso al fin me retiro a mi habitación. Lo que no esperaba era ver a Steven en la puerta.


FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora