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Emma

Los días pasan rápido cuando estás atrasada con la mayoría de los trabajos o cuando pasas el tiempo con Harry. La he pasado de maravillas con él estos días, ha sido dulce y atento, y no ha ocurrido nada que pudiera decepcionarme o hacer que me arrepienta de darle una oportunidad. Todo va simplemente perfecto.

Hoy es el "open day"; veo un montón de familiares que vienen a disfrutar de las actividades que la academia ha preparado para este día y también puedo apreciar de algunos abrazos que son tan sinceros como los que se presencian en los aeropuertos.

Estoy junto a Mandy, quien me cuenta su fin de semana con Zayn, que para ella es el hombre más maravilloso en la faz de la tierra. Yo me guardo ciertos detalles de mi fin de semana con Harry, fue perfecto, pero solo me ha alcanzado el tiempo para contarle como me ha ido en mi nuevo trabajo porque Marla llega y nos envuelve en un fuerte abrazo.

—¡Chicas! ¡Al fin las veo! —nos besa el casco de la cabeza mientras nos estrecha hacia ella, meciéndonos contra su pecho como si fuéramos bebés—. Las he extrañado tanto.

Lleva unos jeans ajustados con una chaqueta de cuero que le hacen bastante justicia a su cuerpo, tacones que la hacen ver de dos metros y su cabello castaño suelto, dejando lucir las ondas que caen por sus hombros. Se quita las gafas de sol y sus ojos resplandecen junto a su blanca sonrisa. Luce el color de sus ojos con extravagancia, padece de una leve heterocromía, pero aun así siempre consigue captar la mirada de todos a su mirada deslumbrante. Esta estupenda.

—¡Nosotras también! Pero me gustaría recuperar un poco de aire, Marla, por favor —Mandy intenta alejarse de ella y, cuando nos suelta, ambas inhalamos la mayor cantidad de oxígeno posible.

—Son tan exageradas.

—No tanto, pero si te extrañamos. Hace mucho no nos vemos —digo masajeando mi cuello y nos abraza de los hombros para guiarnos a que nos sentemos en alguna mesa de por ahí.

—Si me extrañan tanto, ¿por qué no se vienen a vivir conmigo? Hay suficiente espacio y tendrían buena compañía.

—No queremos molestarte.

—No lo harían, ¡mi primo vive conmigo y la pasamos de maravilla! Se divertirían más con nosotros que aquí —reímos por su entusiasmo y luego veo como suspira al analizar lo que nos ha dicho—. ¿A quién engaño? Están rodeadas de fiestas y chicos guapos, quédense aquí.

—Te iremos a visitar seguido, apenas nos dejen y sepamos como llegar —me encanta el entusiasmo de Marla, es verdad que la he echado de menos, pero estar en la academia resulta mucho más práctico para nosotras.

—Lamento el retraso, el estacionamiento está repleto.

Un hombre alto, de ojos claros, con rastros de una barba en sus primeros días de crecimiento y de rizos oscuros muy bien peinados, se sienta junto a Marla. Lleva puesto un traje bastante formal para la ocasión, pero le favorece por completo a su tonificado cuerpo. Es bastante atractivo y, a juzgar por como Mandy lo ha quedado mirando, no soy la única que lo piensa. Nos sonríe y saluda, y enserio... es muy guapo.

—¡Brendon! Justo les estaba hablando de ti. Chicas, él es Brendon James, mi primo.

—Un gusto chicas —nos sonríe y extiende la mano poniéndose de pie, depositando un beso en la mejilla de cada una para saludarnos.

—Hola —saludamos con Mandy—. Un gusto.

—Brendon será el nuevo entrenador de Crawford, le llego la propuesta de su Profesor Payne —la miramos confundida y nos mira con sorpresa—. ¿Que no se enteraron? El profesor Payne será vicerrector de la academia a tiempo completo, ¿no es genial? Bueno, mi punto es que, si algún día sí deciden mudarse conmigo, Brendon sin problema puede ofrecerles transporte.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora