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Cuando digo esas palabras me suelta desganado y echa la cabeza hacia atrás.

—¿Por qué tienes una carta de ella? —habla áspero y se le nota el desagrado que siente.

—Me la ha enviado, no sé cómo me conoce, pero me pidió que te la diera. Dice que es urgente.

Se queda en el lugar, tenso, sin moverse ni un centímetro, toda su atención al sobre en mis manos, y con los labios fruncidos a tal nivel que desaparecen de su piel.

—Juro que si no creyera que enserio necesita hablar contigo no te estaría dando la carta. Harry, no te obligare a leerla, solo quiero que tú la tengas.

Sigue de la misma manera, se queda así por varios segundos más hasta que exhala una ola de aire que mueve el sobre hacia mi dirección y se calma aflojando su cuerpo. Mira hacia los lados complicado, hasta que por fin la toma y se la guarda en la chaqueta.

—Vamos tarde a la estúpida fiesta, deberíamos irnos ya.

Es un poco denso al hablar, pero no quiero avivar más el fuego que se siente en el ambiente, así que me callo y asiento mientras lo sigo por el pasillo. Cuando se da cuenta que voy muy por detrás de él, extiende su mano esperando a que llegue. Luego, entrelaza sus dedos con los míos, pero sigue sin decir una palabra y camina con prisa hasta que llegamos al gimnasio, en donde un montón de personajes ficticios llenan toda la cancha.

—Y aquí estamos —es lo primero que se me ocurre decir después del incomodo trayecto hasta acá. Me mira y asiente.

—Sí, y eso que a tu disfraz le falta algo.

Me lo quedo mirando incomprendida, pero al instante que volteo mi cabeza hacia él, se acerca y me besa con furor. Lo hace por unos segundos y, cuando termina el beso, muerde suavemente mi labio inferior, chupándolo cuando se separa de mí.

—Listo... de nada.

Sus labios están llenos de mi labial desparramado y supongo que he quedado igual. Lo empujo del brazo logrando que suelte una sonrisa que también se me ha escapado a mí, además de lo roja que estoy.

—¡Emma! —Mandy llega con sus brazos abiertos y me envuelve fuertemente con ellos. Le sigo el abrazo y cuando se separa puedo apreciar mejor su disfraz de Harley Quinn que lleva de maravilla—. Estás genial.

—Gracias, también tu —le sonrió y también saluda a Harry, mientras busco quien la acompaña—. Y... ¿con quién has llegado?

—Amm, con un amigo —me sonríe cómplice y sé que no debo decir más.

—Tranquila, Harry también lo sabe —una voz familiar se cuela entre nosotros y me cuesta reconocer quien es el chico que acompaña a Mandy.

Alto y oculto bajo un disfraz de Batman, me saluda con un beso en la mejilla y a Harry con una palmada en el hombro. Mandy abre los ojos como platos y, cuando el chico sonríe, me doy cuenta de que es Zayn. Harry esta de lo más normal junto a mí y lo saluda amistosamente.

—¿Ustedes dos se conocen?

Tanto Mandy como yo nos desconcertamos. Ambos asienten y prosiguen a explicar.

—Somos amigos de antes de que empezara a hacer clases en esta Academia.

—¡¿Qué?! Pensé que Harry no tenía amigos además de Niall. Sin ofender.

—Tranquila Ana Frank, no pasa nada —Mandy lo fulmina con la mirada y me aguanto una risa.

—Bonita, tiene más amigos, pero este hombre es denso —Zayn la abraza de la cintura y besa su frente.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora