—¿Es que tienen mugre en la cabeza? ¿Qué parte de una habitación doble no entendieron? Ahora quizás quien nos toque como compañera de cuarto. Menos mal que estamos al frente, si no, juro que armaba un escándalo.
La molestia que llenaban los ojos de Mandy empatizaban con la mía a la perfección. El primer día que llegamos a Crawford nos asignaron una habitación juntas, pero a penas comenzó la semana, la secretaria del director nos tomó por sorpresa y nos informó que habíamos sido reinstaladas. No fue para nada agradable despertarse con un pelotazo y luego saber que sería separada de mi mejor amiga en menos de una hora, ¡Yeei! Que decir de Amanda, que ha estado maldiciendo a todo el mundo desesperada desde que recibimos la noticia.
Bueno, por lo menos estamos en la misma torre, la "A".
Llegamos a nuestras respectivas habitaciones, 314-A para ella y 315-A para mí. Estábamos justo al frente, pero de todas maneras no sería lo mismo.
—Si necesitas algo llama a urgencias ¿bueno? O sea, envíame un punto por mensaje de texto —dice dramáticamente.
—También tú, que la fuerza te acompañe —sigo su tono, citando la frase de mi película favorita. Siguió mi gesto y, tomando aire, entró a su nueva habitación.
Estaba nerviosa, no sabía que me esperaría pasada esa puerta, pero no me quedaba otra que averiguarlo de una vez y entrar ya.
Pase el umbral del 315-A y, con maleta y todo, se me hizo difícil pasar por la estrecha entrada de la habitación. Una vez pasada esa parte, casi tropiezo con la puerta del baño que estaba abierta y cerré de una patada para pasar, que resultó ser más fuerte de lo que esperaba. Gracias a eso una rubia de ojos verdes se sobresaltó y pego un pequeño grito.
—¡Perdón! Perdón... no quise asustarte. Es que no podía pasar —me excuso de inmediato y la chica con una mano en el pecho comienza a reír.
—No te preocupes. Deje la puerta abierta porque estaba guardando unas cosas, acabo de llegar y no sabía que mi compañera llegaría detrás —sonríe y extiende su mano hacia mí—. Christina Evans, un gusto.
—Emma —divago en si decir mi apellido o no, es muy formal, pero termino diciéndolo de todos modos, solo porque ella ha dicho el suyo—... De La Noi. El gusto es mío —le dedico una sonrisa a la chica y me la devuelve con amabilidad.
Físicamente somos completamente opuestas. Ella es más baja que yo, tiene cabello rubio y liso, ojos claros y redondos, tez levemente más tostada que la mía y se ve que no era del país. En cambio, yo soy notoriamente más alta que ella. Mi pelo es castaño, largo y con rizos. Mis ojos son de color ámbar, mucho más almendrados y, tristemente, mi piel es menos bronceada.
—No eres de aquí, ¿verdad? —pregunta, siempre con una sonrisa en la cara.
—No, es mi primer año aquí. Vengo de Chile, así que de antemano me disculpo si no hablo a la perfección —ríe por mi comentario y ahora pregunto yo—. ¿De dónde eres tú?
—Australia, vengo de Sidney.
—Australia debe ser... —no puedo seguir hablando porque fui interrumpida por unos golpes en la puerta.
Christina se excusa un momento y va a abrir. Para mi sorpresa no era Mandy ni nadie que haya visto camino a la torre. Por el borde del umbral de la puerta veo a un hombre alto y vestido con ropa deportiva. Escucho a lo lejos unos murmullos y me asomo un poco más para ver con quien hablaba Christina. Segundos después se va y mi nueva compañera cierra la puerta, acercándose a mí con una hoja en la mano. Bueno, con dos.
—El profesor Payne nos trajo nuestro horario —me entrega el papel y veo todas las asignaturas que escogí por internet, además del horario, el salón en la que serán las clases y el número y clave de mi casillero.
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FAULT [H.S.] MATURE
FanfictionEmma no lo soportaba. Realmente detestaba a Harry Styles. Él, hacía todo lo posible para que eso no cambiara, pero nadie tiene control de sus acciones cuando las reglas del juego se rompen. "-Me aburrió el juego. -Te aburrió cuando me besé con Niall...