FAULT [H.S.] MATURE

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Harry

No tengo la menor intención de unirme al grupito de gente feliz que se llena de abrazos más falsos que en un funeral, jurándole a sus hijos que los han extrañado todo el año cuando en realidad prefirieron encerrarlos en un internado por el resto de la secundaria que matricularlos en alguna escuela en donde puedan verlos a diario. Se preguntarán, ¿dónde van los individuos culpables de todo esto? Lo más probable que se vayan de viaje por el mundo sin sus hijos, junto a sus amantes millonarios, mientras piensan que sus hijos están en la mejor institución, famosa por la calidad de sus estudiantes y técnicas de estudio, cuando en realidad se hacen fiestas todos los días y los profesores tienen un cuarto ilegal de marihuana. Bueno, de eso último no estoy seguro, pero sí que se follan a los alumnos.

Jean me ha llamado unas quinientas veces recordándome su presencia y la de "mi madre" para hoy. Sinceramente, no quiero ni salir de mi habitación, pero Niall está tan entusiasmado con la idea de ver a su hermano, que fue el único que viajo de Irlanda hasta aquí, que prácticamente me obligó a unirme al reencuentro. Debí quedarme una media hora con ellos hasta que vi a mi hermana saludarme a lo lejos.

Me disculpo con los Horan y me voy de la mesa, ignoro a Jean y comienzo a buscar a Emma. Estos días ha sido mi gran y único apoyo, nunca había tenido tantas ganas de compartir mi vida con alguien, ella es la única excepción.

No la veo por ninguna parte así que desisto con mi búsqueda y pongo mi plan de escape en marcha solo. Desgraciadamente, los siempre ausentes guardias de la academia han levantado el culo de sus sillas y han decidido ponerse a trabajar hoy, negándome la salida del instituto si no estoy en compañía de mis invitados (que no he invitado). De todas formas, Jean me encuentra antes de que pueda escaparme por la parte de atrás y, como siempre, está molesta conmigo.

—Siempre haces lo mismo Harry, ¿cuándo vas a dejar de huir? Ni siquiera encerrado te calmas.

Ignoro sus palabras e intento ignorar más a su compañía. No ha dicho ni una palabra, se ve retraída del mundo, y no luce el mismo rubor de siempre, por lo menos no el que recuerdo.

—Harry, vamos —me toma del brazo y no peleo contra el gesto, me lleva a una de las mesas preparadas para la ocasión y me siento. Ellas se sientan hombro con hombro frente a mí.

—¿Cómo has estado? —por fin habla, lo hace con cierto temor y no me molesto en contestar su pregunta, a lo que Jean me patea la canilla por debajo de la mesa.

—Mierda —me quejo y me fulmina con la mirada, no más que yo, claro—. Bien.

—Eso espero, te hemos extrañado en casa.

—¿Qué casa? —vuelvo a recibir la patada en el mismo lugar y me sobresalto— ¡Deja de hacer eso!

Jean suspira irritada y le sonríe a su madre.

—Mamá tiene razón, se te extraña en Bristol.

—¿Sí? No lo parecía cuando decidieron internarme en este lugar —sonrío sardónico y me siento como indio sobre la banca, protegiéndome de cualquier ataque que esta chica de pelo de chicle quiera hacer contra mí.

Como era de esperarse, intenta golpearme con su pie nuevamente, pero se golpea ella al levantar la pierna y no encontrar la mía.

—Harry, no seas tan duro con nosotros y no seas grosero con tu hermana, no te ha hecho nada malo.

—Tienes razón, la que lo hizo fuiste tú —sostengo la mirada frente a esos ojos verdes que creí heredar, tristes como los de un perro faldero, hasta esas criaturas me dan más pena que ella.

—Hijo, por favor, solo...

—¡Basta! ¡Ya basta! —detengo sus palabras y golpeo la mesa, me importa una mierda si hay personas a nuestro alrededor, la única que me importa en este momento y que me gustaría tener en frente probablemente este al otro lado del patio central conversando con sus familiares.