63

182 8 1
                                    

Harry

Las gotas chocan contra el parabrisas de la camioneta e inundan el coche de una monótona melodía que ignoro casi por completo, debido a que toda mi atención se centra en Emma.

Emma acaricia mi cabello mientras me abraza y me absorbe con una cálida mirada; siempre se me hace imposible desprenderme de sus ojos. Nunca me había sentido tan a gusto al estar en contacto con la piel de otra persona. De hecho, cuando la "acción" termina, suelo levantarme y vestirme en un abrir y cerrar de ojos, y eso era todo. Quizás a veces con una sonrisa de despedida, pero me marchaba del lugar sin mirar atrás, con mucha más energía de lo que di y recién ahora me vengo a dar cuenta que nunca di lo mejor de mí hasta ahora. Nunca me había preocupado en que la otra persona sintiera el mismo o incluso más placer que yo, me tenía sin cuidado, honestamente, solo me interesaba como yo me sintiera. Esta vez fue completamente diferente, la persona con la que me he entregado en cuerpo y alma me importa, me preocupa, quería que fuera perfecto. Me regaló su primera vez, quería que el placer la llenara desde la punta de sus pies hasta lo alto de su coronilla, no quería que simplemente sintiera el éxtasis invadir su cuerpo, sino que se sintiera amada con cada movimiento que mi cuerpo le brindaba; que gritara mi nombre a los cuatro vientos y que no se contuviera al hacerlo; que gracias a esto me dejara tranquilo y seguro de que además de ser el primero, también sería su único.

Me quedo admirando cada minúsculo detalle de su rostro y es hermosa. La curvatura de sus labios, palpitantes por nuestros besos, jadean con un inmenso deseo por que volvamos a unirlos, y los míos ruegan por obedecer, así que la beso con ternura, con amor.

—Aunque me gustaría que nos quedáramos así por horas, creo que deberíamos vestirnos.

Me quejo frunciendo el ceño y negando con la cabeza. No me puede hacer esto ahora, la deseé por mucho tiempo y ahora que la tengo necesito unos minutos más en sus brazos.

Ríe alegremente y acaricia mis mejillas, mientras yo acaricio sus muslos y su redondo culo.

—Harry, nos vamos a resfriar —me encojo de hombros y la arropo con mi cuerpo.

—Yo tengo mucho calor aquí, no creo que eso pase. Me tienes bastante acalorado —intento dispersarla de la idea de que se separe de mí y sonrío con deseos de triunfar.

—Eso no tiene nada que ver, y deja de hablar en doble sentido —esconde su rostro apegándolo contra mi hombro y rio por lo tierna que se ve. Me despego de su cuerpo para verle la cara y está más roja que un tomate.

—No te escondas —tomo sus brazos y forcejea mientras ríe, y cuando logro remover sus manos de su cara me mira con un puchero. No uses esa cara contra mí, no funcionara.

Levanto ambas cejas y me sigue mirando de la misma forma, a lo que suspiro derrotado.

—Mierda, como manipulas —sonríe triunfante y junto su boca con la mía para besarla con pasión.

Al principio la beso desesperado por sentirla de nuevo, pero luego bajo la intensidad para disfrutarla como se debe, acariciando sus labios con cariño y tranquilidad. De esta forma, se cuela bajo mi piel y mi corazón se acelera con cada roce de sus dedos subiendo y bajando por mis brazos.

Cuando nos separamos se me queda mirando, se ruboriza cuando tiene completa visión de mi cuerpo y río por cómo se pone. Muerde su labio inferior cuando levanto su mirada impulsando su mentón con mi pulgar y mi índice. Me besa por última vez, lentamente, aunque es un beso más corto que los otros.

Espero con ansias que abra la boca y articule esas dos palabras que tanto ansió, pero no las dice. No es que no crea que siente algo en mí o que ponga en duda que me ama, porque si no me amara no se habría entregado así, ¿o no?

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora