Harry
Después de mi último turno en la cocina planeo volver a la academia. He decidido ayudar a mi padre con los pedidos ya que el restaurante siempre tiene gran demanda y quiere aprovechar mi estancia aquí para que, según él, "haga algo productivo con mi vida". No será muy... en fin, lo ayudo y tengo el olor de cada plato impregnado en la ropa y mi piel.
Estoy casi terminando un plato de extremo cuidado cuando Claudia, la recepcionista, me informa que alguien quiere hablar conmigo por teléfono. Lo siento, pero no puedo irme hasta terminar este plato, nunca dejo nada sin terminar, y está no será la primera vez.
Deben pasar unos cinco minutos para cuando me limpio las manos luego de dejar el plato en la mesa y me dirijo a contestar la llamada.
—¿Hola? —digo pero nadie contesta.
Estoy a punto de repetir el saludo cuando a lo lejos escucho una voz bastante familiar, amenazante y chillona.
—Mierda —¡Mierda! ¡Kendall y la puta madre! ¿Por qué putas abre la boca? No, no, no, por favor no seas Emma al teléfono, no seas Emma—. Emma ¿Eres tú? —pregunto rogando porque no lo sea—. ¿Estás hablando con Kendall? Por favor, dime algo. No creas nada de lo que... —cortó.
Me dejó a media oración y ni siquiera me dio tiempo para explicarle. ¡Dios!... ¿Por qué me pasa esto? ¿Cómo consiguió este número? ¿Por qué me llamó? ¿Por qué mierda estaba hablando con Kendall? Maldita perra, nunca debí siquiera hablar con ella. Si no hubiera sido por lo borracho que estaba y por el problema con Steven no me hubiera acercado ni a su aura.
¿Qué voy a hacer? No me puedo ir ahora, no va a querer hablar conmigo y no puedo dejar la cocina con esos gorilas sin mi padre aquí.
Tengo que pensar con claridad, no me va a querer ver y lo entiendo, hoy es su cita con Steven, si mal no recuerdo es a las ocho así que si me voy unas horas antes de aquí podría llegar justo a impedir que saque un pie de la academia si quiera.
¿Qué estoy pensando? A la mierda la cocina, iré ahora, por algo son ellos los que trabajan aquí.
Me quito el uniforme y dejo todo en recepción.
—Harry, ¿a dónde vas? Tu padre te necesita en la cocina, ya está por llegar —Fred me detiene a medio camino y me impide salir.
—Quítate Fred, tengo que irme —me afirma de los brazos y me mira suplicante.
—Espera media hora por favor, te necesitamos en la cocina por lo menos para un plato más, a los clientes les fascina tu mano. Por favor no te vayas —no pienso quedarme, no puedo quedarme, si no me voy ahora puede que pierda la oportunidad de que sea a Emma a quien le fascine mi mano.
—¡Aah! —escucho que alguien grita cerca de la cocina y tanto Fred como yo salimos corriendo hacía allá.
La semana tiene siete días y justo el día que yo trabajo ¡¿se les ocurre incendiar la cocina?! Si no los mata el fuego, los mato yo.
Corro por un extintor y gracias a Dios la llama no ha sido grande, pero la alarma contra incendios alcanza a activarse y todos los rociadores de incendios se prenden, mojando cada plato y cada especie que hay en la cocina, lo que significa que de los quince platos que estaban siendo cocinados, QUINCE tienen que hacerse DE NUEVO, incluso los que estaban listos para servir ¡ESOS SON TODOS LOS MALDITOS PLATOS! Por culpa de todos estos idiotas tendré que dar la cara y excusarme con cada cliente. Además de que no pienso dejar que toquen la cocina, tendré que rehacer cada puto plato y estoy seguro que si al final decido irme, van a terminar quemando el restaurante entero, y eso significa que quemarían mi habitación y no tengo ganas de quedarme indigente por un mínimo de toda mi vida.
—¿Te quedarás? —pregunta Fred con una pequeña sonrisa mientras lo hago cuadritos con los ojos. Es casi como si en su cabeza hubiera planeado esto.
—Son todos unos imbéciles —aplaudo para llamar la atención de todos mientras los puteo por ineptos. No puedo creer que un adolescente tenga que darle órdenes a unos adultos para que hagan bien su trabajo—. Escúchenme cáfila de buenos para nada, quiero que vuelvan a hacer los quince platos en menos de veinte minutos. Si recibo siquiera una sola queja en esos minutos los despido a todos y créanme que soy capaz, así que muevan el culo y trabajen ¡Ya!
Todos empiezan a moverse mientras trato de recuperar aire. Juro que me iría de aquí ahora mismo para hablar con Emma, pero mientras todo esto ha pasado ya se me fueron valiosos minutos en los que podría haberle explicado todo lo que pasó. Quizás unos pocos minutos más no harán la diferencia, pero tal como dijo Fred, solo estaré aquí media hora y ya. Tengo cosas más importantes que solucionar en mi vida que veinte empleados con dos manos izquierdas. Serían veintiuno, pero Fred es surdo, así que es el único que no tengo ganas de asesinar en estos momentos.
3/4

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FAULT [H.S.] MATURE
FanfictionEmma no lo soportaba. Realmente detestaba a Harry Styles. Él, hacía todo lo posible para que eso no cambiara, pero nadie tiene control de sus acciones cuando las reglas del juego se rompen. "-Me aburrió el juego. -Te aburrió cuando me besé con Niall...