FAULT [H.S.] MATURE

28-A

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Caminamos en silencio a lo que es nuestra torre y en el momento que quise dirigirme a mi piso, siento el tirón en mi brazo cuando Harry sigue subiendo las escaleras.

—¿A dónde vas?

No se molesta en ser agradable y frunce el ceño confundido.

—A mi cuarto, ¿dónde más?

—Ah no, hoy duermes en mi habitación —sigue su camino hacia arriba y no me muevo, de hecho, trato de frenarlo tironeando las esposas hacia mí.

—No voy a dormir en tu cuarto, esta Niall ahí.

—¿Entonces prefieres que duerma cerca de Christina? —levanta una ceja y sonríe de lado. Maldita sonrisa que hace que cuestione cada cosa que hago.

—No me importa.

—Está bien.

No se hace de rogar y ahora él toma el mando y se dirige a mi habitación. El pánico me llena y, aunque no se lo he dicho, no quiero estar en el mismo cuarto que ellos dos por nada del mundo.

—No, no —se detiene y voltea a verme. Suspiro y me paso la mano libre por mi cabello—. Quedémonos en tu cuarto.

—¿Por qué? —sonríe ampliamente y cuando intenta cruzarse de brazos me empuja más hacia él.

—¡Ay! Simplemente vamos —se ríe de manera arrogante y rodeo los ojos poniéndolos en blanco.

—No rodees los ojos conmigo.

Y lo vuelvo a hacer cuando no me mira.

Al legar a su habitación fuimos bienvenidos con un relajado Niall que tocaba la guitarra en su cama. A penas entramos se detuvo y abrió sus ojos de par en par, fijándolos directo en las esposas. Seguido de eso, estalló en carcajadas.

—Eso ya es llegar al borde de la locura. Si no pueden estar sin el otro simplemente vayan y cómanse... un helado o algo.

Reía a tal nivel que apretaba los ojos y se tocaba la barriga con una mano, golpeando su rodilla con la otra.

El ruliento a mi lado se deshizo de ambas de sus botas y se las arrojo a su amigo, a quien llegaron justo en su brazo derecho.

—Qué bueno que eres surdo, sino te cago el semestre.

—Eres un amargado —siguió riendo a pesar de la brutalidad de su amigo y cuando por fin se calmó me saludó con una sonrisa.

—No es que queramos estar tan juntos, el profesor Payne nos ha obligado.

Harry se movía de aquí para allá, tironeando mi brazo y enredando mis pies, escarbando entre sus cosas, saliendo y entrando al baño mientras yo trataba de mantener una conversación más o menos normal con Niall.

—No me digan que fue por el incidente en la cafetería —ninguno respondió—. Que ridículo, no fue por eso.

Intente mirarlo, pero con los revoloteos de Harry se me hizo imposible.

—Claro, lo hizo solo para joderme.

Una vez más mis ojos se voltean y Niall ríe.

—El mundo no gira en torno a ti.