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¡ADVERTENCIA!

Este capítulo tiene contenido adulto... estan avisados :)

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No sé cómo hemos terminado así después de nuestra discusión por Daniel. De hecho, no me preocupa que esté molesto conmigo, solo me siento mal por no haberle dicho de un principio la verdad.

Daniel es simpático, pero jamás lograría que sienta por él lo que siento por Harry.

Después de la profunda conversación que Harry y yo tuvimos, me acompañó y ayudó a lavar mi cabello, le dije que no quería ducharme y respeto mi decisión. No porque a él no le avergüence mostrarse frente a mi significa que a mí tampoco lo haga.

Nos acostamos en su cama y nos quedamos en silencio. Me lo quedo mirando mientras el recorre mi cuerpo con sus ojos y acaricia mis caderas, mi cintura, mi pecho, y cada vez que las yemas de sus dedos rozan mi piel, dejan una huella ardiente en el camino. Yo acaricio los rizos que caen sobre su rostro, intentando ignorar cada sensación que me provoca y que tampoco se dé cuenta.

—Eres hermosa. Tan linda —su halago no me ayuda, no puedo evitar sonrojarme y sonreír, mordiendo mi labio inferior cuando lo dice.

—¿Quién te enseñó a decir eso?

—Lo busque en internet —por supuesto.

Río con ganas y el me imita. Admiro su hermosa sonrisa y los profundos hoyuelos que se marcan al final de las comisuras de sus labios que beso con delicadez.

—Quiero hacerte algo —dice una vez me he separado de él y el oscuro de sus ojos me pone alerta.

No digo nada y un escalofrió recorre todo mi cuerpo cuando siento que su mano desciende por mi abdomen y juega con el borde de mis jeans. Temo darle una respuesta, pero mi silencio le permite continuar con lo que hace. Desliza una mano hasta llegar a mi delicado sexo e introduce dos de sus dedos en él, quedando rígida en el acto, nerviosa por la nueva sensación que recorre mi cuerpo.

Se acerca a mí, susurra contra mi oído con la voz ronca y llena de deseo.

—Quiero que te relajes, ¿sí? Estás muy tensa, solo quiero que lo disfrutes. No estamos haciendo nada malo.

Presiona sus labios contra los míos con tal intensidad que estos se hinchan y ruegan por no abandonar su tacto. Su lengua abraza la mía de forma avasalladora y sensual, implorando por un contacto más fuerte al que se le da el gusto y el placer que me hace sentir me inunda hasta sofocar mi pecho.

Forma círculos con sus dedos dentro de mí y, como por instinto, encorvo mi cuerpo, apegándome más al suyo. Jadeo con el corazón en la garganta y respiro de forma entrecortada, cosa que parece gustarle, porque acalla un gemido pegando sus labios contra la piel detrás de mi oreja, rozando el lugar con la boca entre abierta después de acariciarlo con su lengua tibia y juguetona. No despega los ojos de los míos, ni siquiera cuando los cierro.

Su boca comienza una travesía al deslizarse por mi cuello, regalándole pequeños besos y mordiscos. Pasa su lengua justo por donde mis venas palpitan y succiona chupando mi piel. Siento como la sangre se acopla en el lugar y visualizo la huella que ha dejado temporalmente en mi cuerpo. En ese momento mi mano libre recorre su fuerte y musculosa espalda, que termina su recorrido cuando se acuna en los cabellos que sobresalen de su nuca, acariciando cada uno de sus rizos entre mis dedos. Acurruco mi cara en el hueco que hay entre su cuello y hombro, embriagándome con su olor a shampoo mezclado con excitación que incitaban a mi cuerpo a volverse más salvaje.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora