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Harry

Mis ojos arden por la falta de sueño, el humo del cigarrillo entre mis dedos inunda la habitación y la botella de whisky en mi otra mano está a punto de acabarse. Tengo nauseas, necesito salir y respirar, pero no tengo ánimos. He estado hace dos putas horas en el mismo estúpido nivel del juego que Niall tomó prestado de la habitación de Louis. El aburrimiento me basta para levantar el culo y salir de una vez.

—¡Hombre, te ves horrible! —Niall entra a la habitación y abre la ventana mientras se da aire agitando las manos.

—¿Quieres salir?

—¡Mierda, hermano! ¿Por qué bebes? Sabes que no puedes beber o te puede dar...

—¿Quieres salir o no? —no estoy para los sermones de nadie.

—Harry, ¿qué te pasa? Llevas cinco días encerrado en la habitación. Sin hablar, sin comer más que esa estúpida cajetilla de cigarrillos con una botella tras botella de whisky... ¡Ni siquiera fumas!

—Estoy aburrido, tu juego es una mierda y quiero salir —me mira con la boca abierta. Esta molesto, pero se me acaba la paciencia—. Como quieras.

—No, espera, si voy. Solo déjame buscar una chaqueta.

—Está bien —lo espero apoyado en la pared del pasillo y demora lo que parecen siglos en tomar una estúpida chaqueta—. ¡Me estoy volviendo viejo!

—¡Ya voy! —segundos después sale vestido exactamente igual-. Listo.

—¿Y tú chaqueta dónde?

—¡Oh! No encontré ninguna —no me creo ni dos segundos su mierda, pero quiero salir ya de este lugar.

—Y yo soy el borracho.

—Solo vamos —estaré borracho, pero no soy estúpido.

Le arrojo las llaves a Niall y nos dirigimos al club más cercano de la ciudad. Terminamos yendo a un bar llamado "El Paquito", ni puta idea porque, pero mejor para mí, así sigo bebiendo.

—¿El Paquito? Pensé que querías que dejara de beber.

—Aam lo pensé, pero de todas formas no me harías caso, ¿entramos?

Todo ha sido tan rápido, ni siquiera me ha dado tiempo para pensar si quiero entrar y conocer al tal Paquito ese, pero ¿qué más da? ¿Qué otra cosa podría hacer si no es matar lentamente mi cuerpo con el alcohol, mientras sigo esperando impacientemente por el ataque que me ayudaría por fin a dejar de pensar en ella?

Ella... Emma, hasta no pensando en ella pienso en ella. Quiero mantenerla lejos de mi vida, soy toxico para una chica como ella, tiene que ser feliz y no podrá si estoy cerca, me lo hizo saber la última vez que hablamos hace cinco días.

Cinco días, cinco putos días y no ha intentado hablar conmigo. Ni yo con ella. Es un tiempo récord, aunque cada vez se siente mejor la soltería, así que no debería ser dolorosa para ella tampoco, es decir, ni siquiera era mi novia y no es como si yo hubiese sido buen material para eso. Ahora puedo volver a la rutina del puto sin sentimientos que le importa un carajo el mundo. Me sentiré mejor así y estoy seguro que ella también estará mejor que nunca.

—¡Nayal! —llamo a mi mejor amigo, a mi hermano, a mi rata con patas de la suerte—. Trae cervezas, ¡jarras! Hoy vamos a celebrar ¡Wohoo! —golpeo la mesa fuertemente, liberando así la energía acumulada en mi cuerpo.

—¿Te crees que soy tu esclavo? —pequeña rata mal educada.

—Eres mi amigo, los amigos le traen las cervezas a los que no manejan —río y mientras más lo hago, más risa me da.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora