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Harry

Una vez más me he rendido ante el alcohol, no ha sido mi culpa, culpo al estúpido de Steven y a la mala influencia de Kendall.

Estaba tan enojado con Emma que apenas me fui de clases tomé mi auto y me fui de la academia. Un berrinche de pendejo era lo último que necesitaba, pero recurrí a él por el simple motivo de que no podía soportar la idea de Emma y Steven juntos, simplemente no me cuadra.

Fui al bar que suelo recurrir, a los dueños no les parece importar que sea menor de edad porque conocen a mi padre y todo Styles es permitido. Con lo que no contaba era con la sorpresiva presencia de Kendall. Al final, lo último que alguna vez necesitaría resulto ser una buena distracción.

—No sé qué le ves a esa chica, no tiene ni una gracia —no es como si ella lo tuviera, pero el ego le llega hasta por encima de la coronilla.

—No te molestes en intentarlo, no necesito tu simpatía —comienza a acariciar mi espalda con una mano y mi pierna con la otra. Si no estuviera tan borracho le hubiera hecho el quite desde el principio, pero no voy a negar que se siente algo reconfortantes.

—Hablo enserio Harry, eres mucho para ella. Te mereces algo mejor que una becada histérica —sus palabras son como veneno y rio por su vago intento.

—¿Sí? ¿Cómo quién?

—¿Qué no lo ves? — engancha sus dedos en mi mentón obligándome a mirarla, acaricia mis labios y se acerca sin previo aviso—. Yo podría satisfacerte mucho más que ella, estaría a tu disposición las veces que quieras, cada vez que me lo pidieras.

—Estas tratando de decirme que serias mi puta? —de la nada agarra fuertemente mis bolas y me aprieta con fuerza. Se ha ofendido, pero no la veo desistir.

—Tu puta es ella, ¿te queda claro? Yo lo haría a gusto porque quiero —me acaloro a medida que se acerca a mí y masajea mis bolas que ya necesitan aire luego de todo lo que las apretó.

Me dejo llevar cuando se sienta sobre mí y besa mi cuello, para luego deslizarse a mis labios. Entre los efectos del alcohol y el despecho que siento, usar a Kendall para distraerme en ese momento me pareció la mejor idea.

Hace tanto que no tengo acción, que no me cojo a una chica con quien me pueda liberar de toda mi tensión que en este momento que Kendall se me esté ofreciendo en bandeja de plata me resulta una opción difícil de rechazar.

Estamos en público, pero en el momento que sé que quiere pasar al otro nivel me toma de la mano y me lleva a un lugar más tranquilo. Allí deja que me descargue contra su cuerpo y libere toda mi rabia, toda la tensión que mantuve por largos meses ante mi abstinencia por lograr algo con Emma.

—Extrañaba tanto a este Harry —dice a mitad de camino a que me corra sobre ella entre jadeos y gemidos y estoy seguro que quiere volver a abrir la boca, así que la callo con un beso hasta que acabo de una vez por todas con ella.

Termino más cansado de lo normal, caigo sobre su cuerpo semidesnudo y acaricia mi cabello; no siento absolutamente nada. Solía sentir por lo menos una chispa de excitación por el puro placer del sexo, pero mientras estuve sobre Kendall no pude despejar mi cabeza, Emma era en lo único que pensaba.

Si Emma hiciera lo mismo que yo ahora estaría furioso, pero no hay comparación a que lo hiciera, ella aun es virgen y eso le da más gravedad al asunto.

—Espero abras los ojos y te des cuenta de quién eres realmente —ya le he dado la espalda y ella se acerca para besarme la mejilla. No contesto, de hecho, finjo estar dormido, cosa que después de unos minutos ya es un hecho.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora