FAULT [H.S.] MATURE

24-A

Me despierto por los golpes de la puerta y el alto ruido que emite mi teléfono celular. Abro los ojos con pereza y estoy tan cansada que no noto de quien es el nombre registrado que llama.

Me pongo rápidamente de pie y cojo mi teléfono. Contesto mientras me acerco a la puerta y, justo en el momento que abro, escucho la voz de Mandy a través del celular y justo en frente de mi cara.

—¡Al fin! Pensé que estabas muerta —coloca una mano en su pecho y suspira exagerada, aun con el teléfono en la otra mano, por lo que escucho su voz como un eco por el celular y cuelgo antes que ella.

—Estaba durmiendo, ¿por qué no cortas?

—Es que duermes como oso —se da cuenta de lo que hace y cuelga—. Tenía que llamar tu atención de alguna forma —me sonríe y se adentra pasando por debajo de mis brazos—. ¿Dónde estuviste toda la tarde?

—Larga historia —me sobo los ojos y me recuesto nuevamente en mi cama, junto a ella, que se ha echado a los pies.

—Tengo mucho tiempo para que me lo cuentes, porque hoy... me acompañaras a la habitación de Bella. Es su cumpleaños y estamos invitadas —sonríe de oreja a oreja y al ver mi rostro desganado me toma la mano y la mueve en zigzag.

—Mm...

—Vamos Ems, va a haber torta y quizás piñata —lo dice con el entusiasmo de una niña de 5 años.

—Es jueves, mañana tenemos clases, ¿cuál es la maña de hacer fiestas los días de semana? —coloco una almohada sobre mi cara y los pies sobre sus piernas.

—No será una fiesta, es una pequeña reunión de cumpleaños... es más bien una "junta" —corre mis pies de sus muslos, me quita la almohada y me mueve de lado a lado—. ¡Vamos! Salgamos... ¡por favor! Lidiar con Niall en dos clases seguidas me ha dejado agotadísima.

—Disculpa Mandy, esta noche no quiero salir —me abrazo a mi almohada de nuevo y cierro los ojos, escucho como suspira y se coloca junto a mí.

—Entonces yo tampoco, o vamos las dos o no va ninguna —se cruza de brazos junto a mí y me rio por la voz que optó.

—Tu si quieres ir, anda. Si no vas, de todas formas no podré hacerte compañía —me mira con la boca abierta y se sienta con la mirada fija en mí.

—Pero la regla es clara Ems. No quiero ir si tú no vas —se le nota a mil que quiere ir, no me hace tonta.

—Entonces te vas a quedar sola y aburrida toda la noche —seguía abrazando mi almohada y con el rabillo del ojo veo como vuelve a cruzarse de brazos y vuelve a recostarse junto a mí, desplomándose sobre el colchón.

—Bien, buen plan —pasan unos segundos y vuelve a hablar—. ¿Enserio no te molesta si voy?

Río con ganas y la golpeo con la almohada.

—Por supuesto que no, pero mañana no puedes quejarte de estar con resaca en clases conmigo —ríe y sonríe de oreja a oreja, abrazándome.

—Estaré fresca como lechuga, no te preocupes —aprieta el abrazo y se mueve feliz—. Te extrañare allí, si me extrañas solo envíame un punto por mensaje de texto. Iré por mis cosas para arreglarme aquí contigo a ver si es que cambias de opinión.

—Está bien, pero no te ilusiones, lo dudo mucho.

Veo como corre de mi cuarto al suyo y luego de unos minutos comienza a arreglarse.