9

283 20 1
                                    

Demoro horas en sacar las pelotas de goma de mi cuarto y ya cuando casi estaba por terminada mi labor, me encuentro con una nota sobre mi escritorio junto al armario. Estaba pegada sobre una de mis carpetas y decía: "...ENTONCES JUGUEMOS".

En un principio no entendí a qué se refería, pero luego recordé el estúpido cartel que Harry colgó en la habitación y llegué a la inevitable conclusión de que estaba contestando su propia pregunta retórica.

Estoy a punto de ignorar el hecho de que esto recién ha comenzado. Supongo que todo se ha revertido con la pequeña charla que tuvimos hace unas horas y, para ser honesta, no quiero seguir discutiendo con él. Si, se comportó muy raro, pero prefiero dejar este cuento infantil hasta aquí y no seguir con sus berrinches, así por lo menos continuo con mi vida normal.

Pensaba todo eso antes de tomar la carpeta en donde había dejado la nota y ver que mi trabajo de Shakespeare, que estaba listo para la entrega de mañana, había sido rayado completamente con estúpidos dibujos e idiotas firmas de su parte. Gatos, bananas y puercos (mofándose de mí, ya que siempre lo llamo así) eran uno de los tantos garabatos calcados en las hojas de mi informe. Ya no lo soporto. Tengo una lágrima atravesada en la garganta, por mera impotencia, deseando arrancarle la chasca que tiene por cabello, con esto fue demasiado lejos. Debo entregar este informe mañana temprano y me partí la cabeza trabajando en él para tenerlo listo con anticipación, sin tener que preocuparme después. Pero él llega y lo arruina todo. Es que ya no puede ser más apestoso.

Estoy exagerando un poco. La verdad, siempre guardo un respaldo de mis trabajos y todo el informe lo tengo grabado en un pendrive, que puedo usar ahora para ir a imprimir el trabajo de nuevo, pero no debería. No debería haber desperdiciado mi día completo por limpiar mi cuarto de unas pelotas de plástico, pero por su culpa también tuve que hacerlo. Todo es su culpa y estoy más que hastiada.

Para colmo, Christina no estuvo aquí en todo el día, siempre desaparece de la nada y no se de ella por horas. Por lo menos Mandy me ayudó un poco antes de que tuviera que ir donde el Señor Malik por un problema de inscripción. Cara estaba durmiendo como tronco en su habitación y para cuando quiso ayudarme ya casi había terminado. De todas formas, lo hizo y se lo agradecí sinceramente.

Tomo la carpeta, arruinada por dentro, y tomo mis llaves para ir a la fotocopiadora nuevamente. Cuando abro la puerta, veo Christina rebuscando entre sus cosas lo que yo creo es su llave para entrar a nuestro cuarto.

—Hola —me sonríe, pero al ver mi expresión su rostro se deforma—. ¿Qué pasa?

—Luego te cuento, ¿dónde estuviste toda la tarde? —mi tono es monótono, pero espero que no suene rudo.

—Estuve con Harry —parece distraída ante la mala cara que tengo y apunta hacia arriba. Frunzo el ceño y termina de hablar—. Estuve terminando ese trabajo que te comenté.

—No me comentaste ningún trabajo.

—¡Claro que sí! La vez que robó mis llaves, entró a la habitación y tú estabas en el baño —por eso tenía su llave, yo pensando una y mil respuestas sobre porque venía a buscarla.

Un "Oh" sale de mi boca y asiento.

—No me habías dicho, pero que bueno saber que no te juntas con él.

—A penas lo soporto en clases, ¿crees que estaba muy feliz de trabajar con él? No hace nada, solo se pone a jugar con una pelota de goma todo el día —están por todos lados—. Emma, ¿qué te pasa? Estas muy rara.

Tomo una gran bocanada de aire y suspiro. Le muestro la carpeta, abre bien los ojos y ya sabe quién fue el culpable.

—No sé porque no te deja en paz.

—Créeme, tampoco yo —no me creo que sea por esa estúpida foto, estoy segura que me ve como un punto débil al quien molestar y se entretiene con eso, pero ya no más Harry, ya no más.

Con frustración, sigo mi camino después de intercambiar unas cuantas palabras más con Christina. Llego a la fotocopiadora y escucho a gente hablar sobre la gran fiesta que habrá mañana.

No sé cómo no castigan a nadie por hacer fiestas dentro de la academia. Aunque he visto a un profesor la otra vez por ahí, creo que al Señor Payne, el que hace educación física, así que deben tenerlo bien cubierto.

Saco las copias necesarias de mi trabajo y vuelvo a guardar las hojas en mi carpeta. Las otras van directo al tacho de la basura.

Me devuelvo a la habitación y Christina está durmiendo. Acto seguido, yo hago lo mismo y caigo en un profundo sueño con el que trato olvidar este largo día.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora