FAULT [H.S.] MATURE

71

Emma

No sé qué decirle, está frente a mí y la culpa se refleja en su rostro. Realmente ha sido él, realmente me ha ocultado esto y ha provocado una tormenta no solo entre nosotros, sino que para todos a nuestro alrededor.

—Emma, no es lo que crees —estoy harta de la misma excusa, estoy harta de que siga manipulando todo como quiere.

No digo nada, simplemente me levanto, no tengo ganas de lidiar con sus justificaciones estúpidas ni con su forma de alterar los hechos para que parezca que hizo todo por una buena razón.

Me llama, pero no por mucho, me obligo a no voltear cuando me voy, pero cuando dejo de escuchar su voz, me contradigo totalmente y me doy vuelta unos segundos: desapareció. Bien, se nota lo interesado que está en arreglar todo esto.

Huyo de ahí, me voy lo más lejos posible de la torre A y luego de unos cuantos pasos estoy sentada bajo el mismo árbol en el que estuve hace unas semanas atrás cuando Harry declaró frente a toda la clase que no creía en el amor. Esa debió ser mi alerta; si no cree en el amor, no cree en nada sensato en esta vida y no le importa ni un bledo los sentimientos de otras personas.

Miro a un costado con la esperanza de verlo salir por las puertas de la torre y que venga por mí, pero no lo hace.

¿A quién engaño? Harry no es ningún príncipe azul... aunque a veces lo crea, simplemente no lo es.

Las puertas se abren y levanto la mirada inmediatamente. Casi me retracto de todos mis pensamientos, pero al ver la silueta de Steven acercándose a mí, todos permanecen intactos en su lugar.

—Hola.

Está abrigado hasta las orejas y su cabello rizado está más abultado que antes. Sus rizos son tan pequeños, que no importa que tan largo tenga el pelo, cada mecha se le concentra por sobre la cabeza, dándole un toque característico a su estilo, pero que no me llama tanto la atención como esa otra mata de pelo que de verdad me encanta.

Se sienta a mi lado aun cuando no le respondo, se da calor en las manos y se las frota, y cuando lo veo hacer esto, recién caigo en la cuenta de que se ha nublado y que la temperatura está bajando notoriamente.

—Está por nevar, ¿qué haces aquí así? —lo observo inexpresiva y me doy calor frotándome los brazos y abrazando mis piernas—. ¿Estás bien?

No tengo ganas de hablar sobre el tema, sobre nada realmente, pero ya he evitado bastante a Steven y no sé cómo zafarme de él ahora.

Asiento con la cabeza y mis dientes comienzan a castañear. El frío comienza a colarse en mi cuerpo, toda la adrenalina que sentía previamente se desvaneció cuando comencé a calmarme.

—Ten —se quita su chaqueta y me la coloca en la espalda brindándome calor, me frota los brazos y su mano se topa con la mía. Cuando lo hace, intenta apretarla, pero la muevo del lugar.

No sé qué intenta hacer, pero si no fuera porque casi muero de hipotermia y no me di cuenta hasta ahora, hubiera rechazado su gesto de caballerosidad y me hubiera largado de allí.

—Emma, nunca dejaste que me disculpara contigo por lo de la otra noche.

Sé que no debería ni escucharlo, pero ¿no es que todos merecemos una segunda oportunidad? Por lo menos lo escucharé.

—No sé qué cambiaría si lo hiciera —se voltea a mirarme y me doy cuenta de que no encuentra las palabras correctas para expresarse, ya que abre la boca, pero no dice nada, solo juega con sus manos de manera nerviosa.

—Mucho —dice al fin—. Mucho cambiaría. Quizás si me hubieras dejado hablar contigo antes, estaríamos compartiendo un café en este mismo momento en la comodidad de nuestros cuartos en vez de estar aquí fuera.