2

534 24 2
                                    




El día parte demasiado temprano para mí, no pude pegar un ojo anoche debido al jetlag, todo fue muy rápido. Con Mandy estábamos tan ansiosas que quisimos partir todo rápido y olvidamos el pequeño detalle de que estaríamos agotadas debido al cambio de horario.

Hablando de Amanda, nos volvimos a ver anoche. Vino a mi cuarto junto a Cara, su nueva compañera de cuarto, que resultó ser igual de amistosa que Christina y entre ellas dos ya se conocían de antes.

Por más cansada que estuve no dormí casi nada y anduve como sonámbula por los pasillos. Si no hubiera sido porque el casillero de Cara quedaba cerca del mío, nunca lo hubiera encontrado.

Como puedo ingreso la clave de mi casillero, pero no abre. Intento mil veces, pero sigue sin ceder, hasta que golpeo el maldito casillero y al fin cede. No lo puedo creer.

Lo abro completamente y empiezo a meter libros y cuadernos dentro de él. De mi mochila saco un mapa de la academia y me pongo a buscar la sala en la que me toca Historia. El casillero comienza cerrarse y me arruga un poco el mapa, así que lo abro un poco más, pero vuelve a cerrarse como si estuviera suelto y no pudiera quedarse quieto. Me estresa tanto que lo abro de golpe y golpeo sin querer a la persona que está parada a mi lado. Escucho un "Auch" y cubro mi boca con las manos ahogando la impresión. Cierro el casillero rápidamente para poder disculparme de inmediato. Al hacerlo, me encuentro con el roba macarrones junto a mí.

—¡Lo siento! No tenía idea que los casilleros cedían tanto —sus ojos reflejaban lo furioso que esta y, por inercia, retrocedo unos cuantos pasos.

—Mierda —lo oigo susurrar mientras se soba la frente con los dedos, luego me mira con el ceño fruncido y los labios hechos un hilo de lo tensados que están—. Dos dedos de frente que ceden hasta el final —comienza a mover el suyo, mostrándome exageradamente cómo funcionan.

—Disculpa, no lo sabía, soy nueva y... ¿sabes? No debería ni disculparme, tu eres el grosero aquí —vuelvo mi vista al mapa y trato de ignorarlo.

—¿Y tú eres? —ignora mis palabras y pregunta bruscamente.

—No te interesa y no te diré —sonrío triunfante y doy media vuelta, tratando de buscar la sala.

—Entonces intenta de ser menos torpe y no golpees a la gente —cierra fuertemente su casillero y provoca que me sobresalte. Sigue su camino a paso veloz, dejándome con una impresión peor de la que ya tenía de él, sin siquiera conocerlo.

¿Y qué pasa con ese? —Mandy llega a mi lado para ir juntas a la primera clase del día: historia.

La miro encogiéndome de hombros, dándole poca importancia al idiota con el que me he topado. Enserio, ¿tiene problemas de ira? La tolerancia no es s fuerte, menos la amabilidad.

Un idiota más en el mundo... ¿cómo me encontraste? —no se centra más en el tema y comienza a caminar junto a mí.

Te seguí —me observa tranquila, con los ojos bien abiertos y hago una mueca, parecida a una sonrisa, arrugando la frente—. Lo digo enserio... ¡Ya! Es raro, pero ¿cómo iba a encontrarte aquí? Intenté llamarte, pero justo me topé con Cara y me dijo dónde estabas, te vi y te seguí porque no tenía ganas de correr para alcanzarte.

Vaya, que rarita —río y me empuja suave del brazo para luego tomarme de él mientras caminamos—. Vamos a clases, sola ya estoy bastante perdida.

Sí, mejor perderse juntas.

Después de unas mil vueltas pudimos encontrar la sala de historia, llegamos un poco tarde y nos presentamos ante el profesor Stevens.

FAULT [H.S.] MATUREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora