Arranqué el coche en silencio y olvidé ponerme el cinturón, cuando llevábamos unos minutos de viaje me miró un par de veces pero no dijo nada. Paré en un semáforo y entonces ella desabrochó su cinturón y se acercó a mí hasta acabar medio sentada sobre mis piernas. Me paralicé y noté que comenzaba a temblar. Sus pechos rozaban y se estrujaban contra los míos y sus kilos sobre mis muslos más que pesarme me torturaban con gracia. Tiró de mi cinturón y poco a poco se fue sentando en su asiento mientras la correa cedía y se estiraba entre sus manos. Lo abrochó con gesto serio y luego volvió a ponerse el suyo. La miré con mis labios medio abiertos, la había tenido sobre mí unos instantes en los que apenas me había clavado sus ojos.
Se revolvió en silencio un par de veces y sonrió-El cinturón es primordial-
No cambié mi gesto y ví cómo se daba cuenta de su efecto sobre mí y esa sonrisa se borraba dando paso a una expresión un tanto oscura que no lograba descifrar
Los coches pitaban con fuerza a nuestra espalda y quité mis ojos de ella para darme cuenta de que el semáforo estaba en verde, arranqué nerviosa y volvimos a enmudecer
Se acercó a la radio y la encendió, luego pulsó unos botones y cogió mi teléfono sin decir nada, tomándose todo el permiso del mundo deliberadamente para hacer de mí y de mis cosas lo que quisiera. Sonó una canción "Decades" Joy Division.
-¿Te gusta Joy Division?-
Me miró atónita
-¿Te las conoces todas o es sólo mi impresión? -
Sonreí
-No te pega escuchar algo así-
Frunció el gesto
-¿No me pega? -
Negué
-¿Qué debería escuchar entonces para entrar en el canon que me acabas de asignar? -
Solté una carcajada divertida y me encogí de hombros
-No sé... -hice una pausa- ¿sonaban bien los conciertos en directo de Mozart? -
Puso sus ojos en blanco y me enseñó todos sus dientes soltando una carcajada. Luego se tiró sobre su asiento y me dió un leve codazo. Reí con ella
-Así que llamándome vieja... ¿no?-
Negué con la cabeza divertida
-Sé que habrás pensado que vieja no, sólo cuarentona- se encogió al pronunciar eso
"Una cuarentona no tiene esas piernas Cristina"
La miré en silencio y me devolvió sus ojos
-Tú sabes mejor que yo que ahora está de moda lo vintage-
Rió de nuevo
-Eres muy graciosilla... - soltó
Acerqué mi mano a su muslo y le dí una leve cachetada mostrándole cariño. Antes de poder separarla ella la agarró entre las suyas propias. Acarició de nuevo mis dedos mientras yo intentaba atrapar entre los míos alguno suyo
-Cristina todas las mujeres de cualquier edad te envidiarían... - susurré
Me miró con un brillo especial en sus ojos y pensé que lo que reflejaban eran unas lágrimas en las que la palabra inseguridad quedaba marcada a fuego.
No dijo nada y cuando se percató de que habíamos salido de la ciudad comenzó a mirar por la ventana.
Permanecimos en silencio mientras las canciones sonaban y el perfume de su cuerpo comenzó a inundar la cabina. Se desabrochó su cinturón y bajó la ventanilla, con un par de movimientos un tanto torpes debido a la longitud de sus piernas, acabó sacando sus pies por la ventana y apoyando su cabeza sobre mi hombro. No dije nada y me divirtió aquel gesto tan cómodo como temerario.
Cuando podía desviar la vista de la carretera la posaba sobre ella, tenía los ojos abiertos y una sonrisa cómoda en la cara, sus pies bailaban fuera del coche y pensé que perdería algún tacón si no dejaba de moverse así.
Me armé de valor aún medio bebida y planté un tierno beso sobre su cabeza, ví cómo cerraba los ojos y aspirada el poco aire que había entre nosotras para recibirlo. Permaneció con los ojos cerrados y en esa postura hasta que aparqué frente a su casa.
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Oficuo
RomanceYa nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.