Llovía a mares aquella mañana. Las gotas corrían por el cristal de la ventana de la habitación. El olor a café inundaba hasta las cortinas y yo estaba desnuda entre las sábanas atrincherándome en el colchón.
-Ven ya o se te enfría- escuché su voz cariñosa sonar por toda la casa
Me senté a su lado, casi encima de ella, y me acurruqué aún desnuda para que me acariciase mientras desayunaba
-¿Cómo puedes seguir teniendo sueño?- preguntó después de mi segundo bostezo
Me encogí de hombros terminando la taza de café y rompí mi silencio de la mañana
-Alguien me roba horas por las noches-
-Maldito trabajo que te tiene explotada...- dijo con tono burlesco mientras perdía sus ojos por el techo
Le di un codazo cariñoso y luego me tiré sobre ella y besé su vientre
-Eres estúpida-
Río mientras acariciaba mi pelo
-Y tú una impuntual. Vas a llegar tarde a clase-
Me levanté con parsimonia y la miré
-Creo que voy a necesitar ayuda para ducharme-
Me miró con media sonrisa que entendía y tiró de mi mano camino a la ducha.
Nos bañamos entre codazos y risas, jugábamos a escupirnos agua, lavábamos el pelo de la otra y luego nos peleábamos por la toalla más gruesa.
La quería, indiscutiblemente la quería, se había hecho hueco en mi vida a patadas y mordiscos. Había visto casi todas las estancias de mi cuerpo, pero incluso así, aún con todo ya batallado, había guerras que se libraban y en las que ella jamás iría ganando.
Y me planteé mil noches y mañanas qué estaba haciendo, ya conocía el amor verdadero o así creía, y sabía a ciencia cierta que Raquel no era eso. "Estoy cómoda y tranquila. Me quiere, me cuida" pensaba. Y si me hubiese preguntado alguien meses atrás, diría que prefiero sentir algo con todas mis fuerzas antes que algo tranquilo. Pero después de recuperarme (o así quería pensar) del huracán Cristina, cualquier balsa de agua limpia me parecía mejor opción sentimental.-He estado pensando que últimamente pasamos mucho tiempo juntas-
Me trajo de vuelta de mis pensamientos y caí en que estaba a mi lado peinándose
-¿Has esperado a que terminase el café para echarme? Qué considerada- dije con tono burlón sin mirarla
Soltó una carcajada y negó mirándome tras el espejo. Se acercó con cautela y besó mi nuca
-¿Qué tal si te vienes a vivir conmigo? Estoy harta de que me levantes del sofá de madrugada para abrirte la puerta-
Enmudecí. ¿Vivir con Raquel? Realmente ya casi que lo estaba haciendo. ¿Quería yo una copia de las llaves? ¿Sacar las mantas en invierno? ¿Doblar la ropa y guardarla aunque no sea mía?
-No tienes que contestar ahora, sé que es precipitado y que tal vez prefieras que sigamos así... y realmente está bien, lo entendería-
-No es cuestión de que entiendas todo Raquel- solté medio molesta
Me miró alzando una ceja
-Necesito que me digas lo que piensas al respecto de mis cosas. No estamos en la consulta, no quiero empatía y comprensión constante. Quiero que opines y te cabrees si lo necesitas-
Me miró asombrada entonces, y supe que no se esperaba que reaccionase así. Se suponía que esto era una proposición bonita y llena de ilusión, y como siempre soy tan estúpida que me lo cargo todo.
Me acerqué llena de culpa y la besé, me correspondió y me obligó a abrazarme a su cuello. Nos quedamos un largo rato así, sintiéndonos.
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Oficuo
RomanceYa nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.