-¿Qué te ha parecido? Impertinente ¿Verdad?-
La miré y sonreí. Me conocía
-Es tu mejor amiga... ¿De verdad?-
Soltó una carcajada y se recompuso haciendo un poco de fuerza sobre el sofá, quise levantarme a ayudarla pero ya había acabado su trabajo incluso antes de que yo terminase mi pensamiento
-Bueno... La tuya tampoco es que se parezca mucho a ti ¿Eh?-
Recordé a Marta con sus manías de recoger papeles rotos de las mesas, de preguntarle a todo el mundo qué horóscopo era
-No... No tenemos nada que ver-
-Es la madrina de Guille y amiga íntima de la familia. La conozco desde que éramos niñas, como tú con Marta-
Intenté imaginarmela años atrás y no pude ponerle una cara. Jamás le había pedido que me enseñase una foto de cuando tenía mi edad
-¿Cómo eras con mi edad?-
Abrió sus ojos sorprendida
-Cómo que...¿Cómo era?-
-Ya sabes, físicamente ¿No tienes alguna foto?-
-¿Quieres verlas?-
Me pellizcó las piernas la curiosidad y asentí. Miró por la estancia pensando y clavó sus ojos en un mueble de madera antigua
-Abre el segundo cajón- dijo señalándomelo
Me levanté, lo abrí y la miré esperando alguna otra indicación
-Busca por ahí un álbum rojo-
Miré antes de tocar nada y lo encontré con los ojos debajo de algunas carpetas trasparentes con muchos papeles que yo no entendía. Lo saqué y volví a su lado
Lo abrió y me enseñó la tercera foto.
El pelo igual de corto de un castaño mucho más claro, los ojos y los labios más oscuros. Una ropa antigua y un cigarro en la mano. Lo agarraba como si quisiese hacerlo dueño del plano. Reivindicándose como mujer, como su dueña y la dueña de una cerveza que estaba a su lado. La rebelde, la irreverente, la más bella ¿Dónde estaba esa Cristina ahora?-Estás muy guapa- dije acariciando los bordes
-Me la hizo una amiga mientras salíamos a beber antes de irnos de fiesta-
-¿Valeria?-
Negó con la cabeza y sonrió con amargura
-Una amiga más especial que Valeria-
Y ahí entendí
-¿Qué pasó?-
Suspiró y me miró antes de hablar
-Tenía tu edad, estaba terminando la carrera. Ella estaba apuntada a la delegación de estudiantes de la época y era más mayor que yo. Nos conocimos en una manifestación. Sólo nos besamos, así, sin más, después de muchas quedadas y muchas copas. Ella quiso más y yo me asusté. Pensé en hablarlo con mi madre... y claro- hizo un gesto como si entendiese. Como si sólo entendiese después de tantos años- No se lo tomó bien. Ni si quiera me soltó esa típica charla de que es una época pasajera. Simplemente fue un no rotundo-
Asentí como si entendiese, como si me viese reflejada en ella. Y caí en la cuenta ¿Qué pensarían mis padres de mí si yo se lo contase?
-¿No volviste a saber de ella?-
-Mi madre obligó a mi hermana a vigilarme. Tenía que salir con ella a cada sitio que iba. Así que no-
-¿Y ella? ¿Lo intentó?-
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Oficuo
RomanceYa nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.