Escuché voces a mi alrededor, moví de nuevo los pies, seguían vivos. Intenté abrir los ojos pero unas luces me cegaban. Recordé entonces todo lo que había pasado. Pensé en Raquel, estaría preocupada por mí, pensé en Cristina, probablemente no sabría nada.
Me intenté mover y quise hablar, pero unos brazos me agarraron-No te muevas ahora, tranquila cariño-
Asentí y noté que se me escapaban las lágrimas. Estaba asustada y aquella voz cariñosa me había removido por dentro.
Noté que mi cuerpo dejaba de estar sujeto, y entonces muchos brazos me levantaron con cuidado y un hombre me llevó en brazos hasta tumbarme en una camilla.-¿Estás bien?-
Asentí y comencé a temblar por el frío. Miré a mi alrededor, el sol había salido de nuevo pero yo sentía un frío interior que me hacía temblar
-¿Sabes cómo te llamas?-
-Évora- hablé por primera vez
El hombre sonrió
-Qué nombre tan raro para una chica-
Sonreí y acarició mi rostro
-Todo va a salir bien ¿Vale?-
Asentí y me metieron en la ambulancia
Al llegar al hospital me hicieron mil pruebas, pensé que cuando me estaban trasladando ya a la habitación se había hecho de noche. Mis padres habían llegado hacía tiempo, Raquel estaba en camino y yo sólo quería volver a irme a casa de Cristina.
Entró por la puerta con prisas, era la primera vez que mis padres la veían. Al verlos paró en seco y me miró
-Raquel, estos son mis padres-
Se acercó y los saludó. Mi padre rompió el hielo con una especie de chiste sobre mi coche y lo antiguo que era, y aunque mi madre no estaba muy de humor, los tres acabaron riendo.
Me contaron que fue Raquel quién los avisó de que no había llegado, y que llamaron a la policía y ellos dieron conmigo. En mi mente las piezas de la historia iban encajando pero aún había algo que me bailaba, ¿Cómo sabían de dónde venía?Cuando de verdad se hizo de noche, mis padres muy a regañadientes se fueron a casa.
-Solo tengo un brazo roto y heridas en la cara. No voy a morirme mamá-
Masticó mis palabras y después de muchos besos por toda mi cara se fue prometiéndome que volvería a primera hora.
Cuando desaparecieron Raquel clavó sus ojos en mí-¿Cómo estás?-
-Bien, al menos estoy viva- dije levantando el brazo con una leve sonrisa
Ella me devolvió el gesto y luego endureció los labios
-¿Venías de verla?-
Me congelé al escuchar sus palabras y la miré
-Fue ella la que me avisó ¿Sabes?- mordió sus labios intentando no llorar- Un hombre me llamó preguntando por ti de parte de Cristina
-¿Un hombre?- pensé en Kike. Y si era Kike, algo le había pasado a ella- ¿Cómo era su voz?-
-Como la de un hombre Évora...- dijo resignada
Y en el fondo la entendí, y en el fondo entendí su dolor. Y supe que necesitaba saber la verdad a costa de cualquier cosa
-Raquel- me miró- Cristina es...- no supe realmente ni qué decir- es como una especie de amor de mi vida-
Asintió y bajó los ojos al suelo
-Nos encontramos hace muchos meses, volvimos a hablar... Y bueno, las cosas se complicaron y ella ahora tiene cáncer-
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Oficuo
RomanceYa nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.