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-Cristina... despierta- acaricié su pelo derramado sobre mis piernas con cuidado

Se quejó. Como el bufido de un cachorro de gato que no quiere que lo acaricies. Frotó sus ojos cansados y me pregunté cuánto hacía que no descansaba bien. Volvió a acurrucarse queriendo no escucharme y entonces por fin me fijé de nuevo en ella.
Me sorprendió encontrarla tal y como la dejé y me sentí estúpida pensando que vería un cadáver dando sus últimos alaridos.
Algunas arrugas estaban un poco más acentuadas, tal vez estaba entrando en bajo peso, y el color de su pelo no brillaba como siempre.

Abrió sus ojos y se sobresaltó al verme. Se incorporó hasta quedar a mi altura y luego pareció recordar cómo habíamos acabado sobre su sillón.

-¿Mejor?-

Asintió pasados unos segundos

-Siento haberme dormido, hoy no he descansado bien-

-¿Sólo hoy?- arqueé una ceja impertinente

Sonrió descubriendo lo que de verdad preguntaba

-Últimamente- corrigió

Suspiré y me derramé sobre el sofá resignada

-¿A qué hora llega tu marido?- odié tener que soltar aquello

Puso cara de pocos amigos y arrugó el gesto

-¿Mi marido?-

-Sí Cristina, ya sabes, Kike, tu marido- dije con sorna intentando hacerla sentir estúpida

Me miró confundida

-Cristina sé que está aquí. Vine a buscarte una vez y respondió él-

-¿Buscarme?- hizo una pausa como si pensase en algo- ¿Te respondió él?-

Abrí mis ojos sorprendida y estúpida a la misma vez

-Évora, responde- me increpó

Se levantó del sillón y se puso frente a mí con sus brazos cruzados. La miré y tenerla tan cerca me provocó mil pellizcos por mi cuerpo

-¿Viniste a buscarme y te contestó él?-

-Cristina yo...- hice una pausa intentando encajar las piezas- era él. Estoy segura. Pero no sé si tal vez...-

-Évora no estoy con él. No hemos vuelto en ningún momento. No ha vuelto a entrar aquí hasta lo que yo sé- su tono sonaba a enfado pero no conmigo

Miré a la nada y me encogí de hombros. Algo en mí se encendió aunque tuve que reconocer que jamás estuvo apagado del todo. No. Ella no me mintió ni me usó. Y aunque si hubiera sido verdad sabía que estaría dispuesta a olvidarlo solo por estar con ella hasta un final que cada vez parecía más nítido.

-Lo siento. Pensé que sí-

Se sentó de nuevo a mi lado y miró mis piernas un par de veces. Tanteó algo en su mente y luego acercó una de sus manos hasta acariciar mi muslo

-No. Siento yo que pensases eso-

La miré y sonreí no sabiendo qué decir

-¿Qué te dijo?-

-Que me fuese. Le dije que era yo-

Chasqueó sus labios mientras negaba con una sonrisa

-Ahora entiendo por qué me desaparecieron unas llaves. Vino una vez a recoger a Guille-

Y caí en él

-¿Lo sabe?-

Negó con pena

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