Nos despedimos en un abrazo que no quise cortar jamás. Le besé todas las partes de su cara haciendo presión en cada una de ellas. Vi unas lágrimas asomarle y quise decirle que todo estaría bien, que estaríamos juntas de nuevo antes de lo que pensaba, y que sí, que la llamaría en cuanto saliese del quirófano.
La vi salir y cerrar la puerta principal de forma lenta, como si en algún momento quisiera girarse a decirme algo que tenía pendiente. Esperé en el umbral hasta escuchar su coche arrancar y quise correr tras ella y olvidar lo que aún ni había pasado.
Entré y me senté de nuevo en el sofá, la casa olía a ella, yo olía a ella y los muebles se retorcían violentos girando sus cabezas para buscarla
-Volverá- les solté intentando convencerme de que así sería
Mi hermana vino a pasar la noche conmigo. No pude comer ni beber nada esa noche, así que aguantarla sobria me supo más difícil de lo que pensaba. Preguntó mil veces qué había pasado entre Kike y yo. Insistió en creer la versión de él. Que me había obsesionado con una chica más joven, que estaba distinta desde que entré a trabajar en la Universidad y que no entendía por qué lo hice ya que él estaba trabajando lo suficiente para mantenernos con lujos incluidos.
Le expliqué, por octogésima vez, que jamás había aceptado que él pagase nada que nos incumbiese a ambos y que me gustaba sentirme autosuficiente.
Después de asentir sin comprender nada de lo que le estaba contando, sacó el tema-¿Y ella?-
-Se llama Évora, Alicia, tiene un nombre-
Asintió demasiado rápido
-¿Y Évora?- gesticuló demasiado al pronunciarlo y pensé que no sonaba igual de bien en su boca
-¿Qué le pasa? ¿Qué opina de todo esto? ¿Está preparada para llevar algo así?-
-¿A qué quieres que responda primero?- solté molesta y me encogí en mi asiento para sentirme más lejos de ella
Negó dándose cuenta
-Perdóname, sólo necesito asegurarme de que estarás bien. Es una niña, Cristina, no sé si es capaz de aguantar todo esto-
-¿Y quién lo es?-
Hizo un silencio aplastante en el que me daba la razón absoluta. Miré el reloj, me quedaban sólo unas horas para acabar metida en un quirófano y con mil tubos a mi alrededor. Pensé en Évora ¿Qué estaría haciendo? ¿Seguiría despierta? Sí. Conociéndola se iría a dormir tarde.
Y el reloj de pared hizo un gran estruendo indicando que la media noche me había caído encima con el peso que eso conllevaba.-Deberías irte a dormir. Mañana hay que madrugar-
Asentí y me levanté seguida por ella que parecía querer pisarme la sombra.
-Necesito hablar con Guille- solté cuando me metí en la cama
-Estará dormido ya, Cris, sabes que se pone a llorar siempre que habla contigo. Y no quiero problemas con Kike. Él estará con Mamá hasta que despiertes y pueda verte-
Asentí intentando guardarme la primera lágrima de muchas que sabía que vendrían. Sé que se dio cuenta cuando se sentó a mi lado y agarró una de mis manos.
-Estamos contigo y lo sabes-
-Necesito pedirte un favor-
Me miró con atención
-Lo que necesites-
Me acerqué a la mesita y agarré mi móvil
-Apunta éste número- se lo alcancé y al percatarse me miró

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Oficuo
Roman d'amourYa nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.