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Los párpados me pesaban y sentí sus dedos acariciar el cuello de la tela del pijama. Me revolví un par de veces y paró en su trabajo

-No pares, me gusta-

Escuché una pequeña risa tras mi espalda

-Creo que puedo continuar con eso después de desayunar-

Me giré a mirarla y antes de soltar algo de mis labios ella habló por mí

-No me digas otra vez que no tienes hambre-

Sonreí negando y me revolví el pelo mientras intentaba levantarme

-Al contrario. Me muero de hambre-

Se levantó con prisas para ayudarme y luego me soltó una sonrisa complaciente

Se nos echó la mañana encima y unas pequeñas gotas aporreando el cristal a media mañana nos cantaban que era hora de levantarnos de la mesa. Me revolví por el frío un par de veces y ella se dio cuenta

-Creo que deberíamos abrigarnos más antes de que alguna caiga mala-

-Necesito ir a casa a darme una ducha y coger algunas cosas-

Arrugó el gesto

-¿Más ropa?- dijo sonriendo

-Algún abrigo para el frío-

-Yo tengo aquí abrigos para el frío y también puedes ducharte aquí-

Me sonrojé y me ilusionó que no quisiera que me fuese

-¿Crees que con el brazo así- lo levanté para que mirase- puedo ducharme sola?-

-También podemos arreglar eso- soltó totalmente impasible, como si aquello para ella no resultase tan diferente a regar unas plantas

Permanecí en silencio sin saber muy bien qué decirle. ¿Ducharme? No era la primera vez que lo hacía, pero si era la primera vez que yo estaba totalmente consciente de ello

-¿Qué tal un baño?- sonrió tranquila- Un baño caliente para este frío-

Mordí mis labios y aunque la respuesta ya la tenía en mente, me costó mucho más formularla con la boca

La bañera estaba totalmente llena, los azulejos azules estaban empañados del vapor que emanaba del agua. Las luces estaban bajas y parecía que allí dentro me costaba más respirar. El pijama comenzó a estorbarme por el calor y esperé a que Cristina, sentada al borde de la bañera y metiendo la mano en el agua, me indicase que podía hacerlo

-¿A qué esperas? Métete. No está tan caliente-

Tiré del pantalón y lo dejé sobre el suelo. Ella permanecía con los ojos clavados sobre un bote de gel que agarraba entre sus manos. Luego levantó la vista consciente de que no podía quitarme la parte de arriba. Se levantó despacio y se acercó hasta mi cara

-¿Puedo?- dijo mientras sus manos comenzaban a planear por los bajos de la camiseta del pijama

Asentí nerviosa y ella tiró con delicadeza. Me quedé en bragas frente a Cristina y ella no apartó los ojos de mi cuerpo. Negó un par de veces con una sonrisa en los labios y luego volvió su cara al agua nerviosa.
Tiré de mis bragas sabiendo que no venía nada más después y luego metí un pie tanteando el agua

-Está bien ¿Verdad?- dijo sin quitar sus párpados de la bañera

Me introduje entera dándolo por una respuesta hacia ella y luego me senté

-Espera. Ven- Agarró mis hombros y tiró de mí hasta quedar tras ella. Luego cogió una gomilla y revolvió todo mi pelo en una coleta

-Así no te mojas el pelo-

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