26. Secreto

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Habían pasado diez días, y Raphael estaba mosqueado por no poder quedar con Arlet. Le parecía bien que hubiera hecho una amiga, era consciente de que a Arlet no le resultaba fácil hacer amistades. Por lo que le contaba, debían de llevarse como íntimas.

Además, el horario no era el mejor, en absoluto. Sabía que esa chica trabajaba prácticamente todo el día, pero cuando Raph podía ir a ver a su novia, justo llegaba a casa. Arlet apenas podía bajar a la guarida, estaba ocupada haciendo los deberes, estudiando o trabajando ella también. Y cuando bajaba, no sólo estaba con él, sus hermanos también estaban ahí... Echaba de menos pasar el rato a solas con ella, aunque por lo menos continuaban entrenando ellos dos solos.

Pero algo más ocurría.

Raphael se dio cuenta de que el comportamiento de Leonardo había cambiado. Y sabía de lo que hablaba porque era tal como actuaba él cuando conoció a Arlet. En ese momento no supo relacionar los últimos hechos, pero sí que le parecía muy sospechoso.

Esa noche, después de que los chicos se hubieran tomado un descanso por su aventura por la Dimensión X, vio que Leo salía de su habitación. Una vez se aseguró de que no le veía, le siguió. Total, no tenía nada mejor que hacer... Y ni siquiera eran las 21:00.

Después de recorrer unas cuantas azoteas, Raphael no pudo evitar pensar que algo iba mal. La ruta le resultaba muy familiar.

Cuando Leonardo llegó a su destino, Raphael quería matarle. ¿Qué hacía en la terraza de Arlet? Leo picó en la puerta y Arlet apareció tras las cortinas dejándole pasar. ¿¡Pero qué demonios!? Podía haber entrado por el salón pero no... Entró por su habitación.

* * *

Arlet se quitó la sudadera dejándola en el respaldo de la silla y se sentó en el escritorio para continuar con su tarde de estudios. Simultáneamente echaba un vistazo entre la pantalla de su ordenador y a sus cuadernos de apuntes.

—Naiara aún no ha llegado —murmuró tomando un subrayador de color rosa.

—Bueno, no la quedará mucho, ¿no?

Antes de que Leo cerrase la puerta, Raphael lo placó acorralándole sobre la cama, haciendo que el mueble se deslizase por el suelo con un fuerte chirrido. Leonardo se zafó de él empujándole hasta la pared. Arlet se levantó sobresaltada impidiendo que rompiesen su lámpara nueva. No estaba segura si debería meterse en medio.

—¿¡Pero a ti qué te pasa!? —preguntó Leo tratando de inmovilizar a su hermano.

—¿¡Qué haces tú aquí!? —respondió la tortuga de rojo buscando atrapar los brazos de Leonardo para resistirse.

—¡Raph, cálmate! ¡No es lo que crees! —exclamó Leo.

—¿¡En serio!? ¡Porque parece que te has estado viendo a escondidas con mi novia! —espetó apartando sus manos de él. Arlet aprovechó la oportunidad de meterse en medio.

—¡Basta! ¡Basta! —Arlet intentó separarlos. Puso las manos en el pecho de Raph manteniéndolo alejado de su hermano.

—¿No habíais hablado ya de tus celos? —preguntó Leonardo con una voz burlona frotándose el brazo. Raphael gruñó y lanzó un puñetazo, pero Arlet reaccionó volviéndose hacia Leo para reprenderle por el comentario, recibiendo ella el golpe en su lugar.

La escena pareció ocurrir a cámara lenta. Leonardo la cogió de los hombros para evitar que cayese al suelo. Arlet se llevó las manos a la cara cubriéndose la mejilla izquierda mientras que a Raph, se le quedaron los ojos como platos. ¿Qué había hecho?

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora