94. Culpa mía

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JESSICA SALÍA UNA VEZ MÁS DE LA ESCUELA DE MÚSICA, ya habiendo cogido el hábito de tenerlo todo bien guardado antes de atravesar la puerta. Sólo terminaba de colocarse el bolso en su hombro derecho cuando escuchó un largo silbido de fascinación.

—No entiendo por qué sigues yendo a clase de piano, eres un prodigio —sonrió Casey cuando la joven se volvió con una sonrisa, asumiendo que se trataba de él.

—Siempre se puede mejorar —respondió ella encogiéndose de hombros con inocencia—. Además, me gusta venir —suspiró contemplando la fachada del establecimiento.

—Creo que lo entiendo —asintió Casey con una pequeña sonrisa—. Venga, te invito a una tarta de zanahoria.

—Mis cartucheras te lo agradecerán, sin duda —le contestó arrugando la nariz. Casey avanzó hasta situarse a su lado para que pudieran caminar juntos, entonces tomó su mano.

—No seas tonta, eres todo un monumento —le sonrió con gallardía, haciendo que ella no supiera qué responder. Sólo apretó los labios suprimiendo una sonrisa vergonzosa y se sonrojó, como solía hacer.

*

Al llegar a la tetería, Casey abrió la puerta para la señorita, naturalmente, y mientras sujetaba la puerta se fijó en que Naiara estaba atendiendo la barra. Frunció el ceño, pero no dijo nada.

Jessica le pidió que le sujetase el bolso en lo que ella iba al baño, así aprovechó la oportunidad de preguntarle a la rubia qué hacía ahí. Siendo sinceros, resultaba sospechoso que hubieran coincidido después de que hacía una semana las chicas se enterasen de que tenía novia.

—¿Cómo tú por aquí? —insinuó apoyándose en el mostrador. Naiara se volvió después de guardar el dinero que le dio el último cliente, permaneciendo en silencio durante un instante.

—Es exactamente lo que crees. Aunque me vienen bien los turnos extra —sonrió conteniendo una risilla, provocando un bufido por parte del vigilante—. Mira el lado bueno, no han venido las demás. Sólo con que no esté Kim, deberías celebrarlo —le dijo pasando un paño por el mostrador.

—O sea, que lo teníais hablado —suspiró tomando asiento en el taburete de su izquierda, pidiéndole un par de cafés y la tarta de su novia—. ¿Qué ha cambiado en el plan?

—Bueno... Kimani ha bajado para cuidar de Gino con Mikey. April creo que tiene un examen mañana. Y Arlet... —murmuró ladeando la vista, no sabiendo cómo explicarse. Casey se llevó las manos a la cara con realización.

—No me lo digas. No han podido aguantarse —balbuceó contra la palma de sus manos, esforzándose por no reírse—. De aquí en nueve meses otro bebé, ya verás —soltó con una sonrisa incontenible.

—Qué dices, a Arlet le da un infarto —murmuró sirviendo el trozo de tarta—. Aunque lo está haciendo estupendamente para el drama que montó —añadió. Casey sólo asintió teniendo que darle la razón.

Jessica apareció por el pasillo cerrando cuidadosamente la puerta del baño. Se acercó con una sonrisa pasando la mano por el hombro de Casey y se sentó a su lado.

Naiara se volvió con la más encantadora de sus sonrisas, de esas que escasean en atención al cliente por lo general. Le sirvió a cada uno su taza de café y aprovechó para extenderle la mano a Jessica.

—Hola, Jessica, soy Naiara —se presentó. Jessica aceptó el apretón con media sonrisa incrédula, echándole un vistazo a Casey también.

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora