58. Capítulo dos

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No hubo novedades en el siguiente mes con respecto a los avances del padre de Kimani en los estudios de las armas de los Triceraton. Lo único que podía decirle era que todavía estaban preparando las instalaciones y los equipos para poder manejar la maquinaria con mayor seguridad y prevenir así de los posibles ―muy probables― incidentes.

Por otro lado, Kimani también estaba bastante ocupada. Las clases avanzaban y, pese a que estaban ya en las vacaciones de Navidad, tenía que ponerse a estudiar. En cuanto volviese a clase, tendría como mínimo una semana antes de que se presentasen todos los exámenes de su agenda.

Donatello podía respirar más o menos tranquilo por esa noticia, pero no por eso podía bajar la guardia. Era consciente, además, eso le daba un margen para pensárselo mejor.

¿Qué por qué no quería contárselo a sus hermanos? Bueno, porque quería demostrar lo que valía de una forma o de otra. Se sentía un poco vacío cuando veía que sus hermanos mayores estaban ―cuando no entrenando― en el apartamento con sus chicas. Hubo alguna ocasión más en la que intentó declararse a April con otro detalle, algo más sutil que la caja de música, pero no daba la impresión de reaccionar como él se esperaba.

Y Mikey... En fin, era increíble que fuese capaz de meterse tanto en su propio mundo. Ignorar. Como si no perteneciese al mundo en el que realmente vive.

Parecía ser que sólo Donnie sentía que faltaba algo. De una forma u otra, se sentía vacío, y quería algún mérito por una misión propia. Pensó que así se ganaría algo más de respeto en vez de que se siguiese con la bromita del «Equipo B». Bromita que Mikey parecía haber olvidado.

Claro, que tuvo que tener más cuidado cuando Arlet se fue a California y se llevó a Naiara con ella para pasar la semana de Navidad. Entonces sus hermanos podrían notar que tenía la cabeza en otra parte.

* * *

Cuando Arlet llegó a la guarida después de trabajar, Naiara ya estaba allí. La rubia estaba sentada en el salón junto a su novio, con una taza de té entre las manos mientras veían Héroes del Espacio. Mikey también estaba sentado cerca de ellos viendo la serie, con la nevera portátil en la que mantenía fresco al gatito helado. Raphael también estaba ahí, continuaba con su entrenamiento encargándose del monigote que tenían ahí colgado.

―Hola, Arlet ―saludó Michelangelo con una gran sonrisa. Ella levantó la mirada del teléfono y lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.

―Hola, chicos ―respondió sonriendo también. Se acercó primero a Raph, para darle un beso en la mejilla como saludo personal. La tortuga la besó también colocando una mano en su cadera y la acompañó hasta sentarse en el sofá con los demás.

―Por cierto ―anunció mirando a la rubia―. Nai, compra un bikini, que te vienes conmigo a California.

―¿Qué? ―preguntó ella con una sonrisa nerviosa.

―¿Te la vas a llevar todas las vacaciones? ―preguntó Leonardo cogido por sorpresa, rodeando a Naiara instintivamente.

―Aw... ―gimoteó Mikey rodando la vista―. ¿Por qué te la llevas a ella y no a mí?

―Tranquilo, sólo cuatro o cinco días ―sonrió Arlet, encontrando divertida la reacción del líder. A Raph también le divirtió la reacción de su hermano, y no tuvo problema en soltar una pequeña risa para demostrarlo a la vez que rodeaba a Arlet con un brazo―. Mikey, si por mi fuera, os llevaría a todos.

―¿Y qué piensan tus padres de que no estés más tiempo? ―preguntó Raphael.

―Meh... Mi madre está mosqueada, pero a ver, tengo una vida y el poder de decidir, ¿no?

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora