55. Indecisión

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Naturalmente, Donnie no había ido a ver a Kimani en el tiempo en el que Arlet estuvo desaparecida porque, intentaban ayudar a su hermano a encontrarla o que bajase a la guarida o asegurarse de que comía y dormía.


Cuando por fin llamó -al día siguiente- diciendo que la había encontrado y que pasarían una noche en el apartamento para hablar de lo que había ocurrido, los demás pudieron respirar aliviados. No sabían -salvo Naiara- por qué Raph estaba tan preocupado por la manera en la que Arlet se podía haber tomado lo de la salamandriana. A ver, es normal que se enfadase, cualquiera lo haría, pero... ¿por qué tanto drama?

* * *

Donatello llegó a la azotea del edificio de Kim, donde la chica solía estudiar -por mucho frío que hiciese-, guardando el T-phone en su cinturón y frotándose las manos. En serio, finales de noviembre en Nueva York, ¿quién estudia fuera en una noche así?

-¿Tienes frío, Donatello? -comentó ella habiéndole echado un disimulado vistazo, con una sonrisa irónica.

-Sangre fría, dímelo tú -respondió la tortuga sacudiendo los hombros-. ¿Qué haces?

-Me preparo unas tarjetas para estudiar -posó en bolígrafo en el suelo y le extendió una de ellas para mostrárselo.

-Ingenioso, y efectivo -señaló leyendo. La posible pregunta de examen estaba escrita con un color llamativo y un tamaño mayor que la respuesta, la cual estaba escrita en negro-. Recuerdo haber utilizado esta técnica con Mikey -admitió sentándose junto a ella-. Se sentía como en un concurso de la tele y por cada respuesta correcta conseguía una galleta.

Kimani le sonrió antes de volver la atención al libro para escribir otra tarjeta. Donatello cogió las que ya tenía escritas y echó un vistazo, mientras se acomodaba sobre la manta en la que Kimani estaba sentada.

-A ver, dime los síntomas de la diabetes -exigió girándose levemente hacia ella con una ceja arqueada. Al principio, Kim le miró sin creérselo, pero no dejaba de ser un método de estudio, la estaba ayudando. Se irguió y miró al frente.

-Son el aumento de la sed y las ganas de orinar, aumento del apetito, fatiga, visión borrosa, entumecimiento u hormigueo en manos o pies, úlceras que no cicatrizan y pérdida de peso sin razón aparente -enumeró contando con los dedos.

-Bien -asintió Donnie. Colocó esa tarjeta al final, pero antes que preguntarle la siguiente prefirió buscar una más complicada-. ¿Y las medicinas?

-Son... emm... -se llevó el dedo índice a los labios y le miró conteniendo una sonrisa vergonzosa-. No me acuerdo...

-Niacina, que es un tipo de vitamina B3; ciertos tipos de diuréticos... -enumeró tratando de refrescar la memoria de la chica, esperando que continuase.

-Ah, ya. Ahora sí -murmuró rodando la vista.

-Sí, seguro -la desacreditó él-. ¿Y cuáles siguen? -insistió zarandeando la tarjeta.

-Jolín, Donnie. Hace dos días que he empezado con este tema. No tengo memoria fotográfica.

-Vale, la semana que viene te lo pregunto todo -dijo dejando las tarjetas sobre el otro par de libros que Kimani había traído.

-¿Tendré una recompensa si te lo digo todo bien? -preguntó Kim con una sonrisa juguetona. Donnie se rió en silencio, delatado por el movimiento de sus hombros, negó con la cabeza sonriendo y la miró.

-No creo que haya mucho que pueda darte.

-Da igual, era una broma -respondió ella retomando el bolígrafo y otra tarjeta en blanco-. ¿Qué? ¿Cómo va todo por las alcantarillas? -mientras consultaba por lo siguiente que iba a escribir.

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora