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LOS POCOS DÍAS QUE ESTUVO EN NUEVA YORK, KARAI LOS PASÓ CON EL TELÉFONO EN LA MANO. Parecía como si realmente le preocupase que su general no pudiese hacerse cargo de todo en su ausencia.

De todas formas, Leonardo se empeñó en que su hermana colaborase con ellos ya que Logan continuaba de vacaciones. Al parecer April, Matthew y algunos de los agentes que colaboraban en el reportaje, habían recibido serias amenazas para con sus familias.

En un principio Matthew no se lo tomó muy en serio, pero conforme descubrían más cosas acerca de los negocios de los mafiosos y ya se intuía que tenían suficiente para una orden de arresto... pensó que quizás debería mirar por la seguridad de su madre y su hermana.

April le acompañó y se aseguró de que se fiara de la palabra de Karai mientras le explicaba los servicios que su compañía ofrecía, asegurando el bienestar de sus clientes.

Matthew asentía con los dedos entrelazados sobre el mostrador desde el que Karai le explicaba cómo actuarían en una situación hipotética que él mismo le había planteado. Suspiró conforme y aceptó mientras retrocedía para llamar a su hermana pequeña, quien parecía aún alterada por la amenazante carta que había recibido.

April se quedó con Karai para darle un poco de espacio, pero no tardó en notar que la kunoichi contenía una sonrisilla.

―¿Qué? ―suspiró la pelirroja, rodando la vista.

―Nada ―respondió Karai encogiéndose de hombros―. Parece que tenéis química ―sonrió con ironía.

April se sonrojó y apartó la vista mosqueada. Le molestó más en aquella noche de chicas, porque entonces sí que le parecía una tontería, acababa de conocerle. Claro que, después de trabajar con él durante unos meses, había podido decir que le caía mejor.

Es posible que le gustase después de haber pasado tanto tiempo con él y ver que no era el cámara con aires de grandeza que pensó en su momento. Al principio pensó que era también demasiado serio, pero notó que se esforzaba por hacer más amenas todas esas horas de incesante trabajo de espionaje. En la furgoneta resultaba bastante tedioso, la verdad.

Por no mencionar que fue él quien se empeñó en pagar la cuenta cuando fueron a un restaurante para vigilar las entradas y salidas de ciertas personas. Unos días después habrían colocado cámaras y micros.

―Sólo es trabajo ―murmuró resistiéndose a mirar a su amiga.

―Así empiezan muchos ―contestó Karai mientras procedía con el papeleo, arqueando las cejas con poca sorpresa―. Entonces, os falta poco, ¿no? Me han llegado rumores de que Don Vizioso y algunos más están sudando por vuestro trabajito.

―Esa es la idea, y que acaben en la cárcel ―sonrió April con orgullo―. ¿Mikey me dijo que Logan había sugerido algo del marfil?

―No me sorprendería. Si es por crímenes contra los animales, Logan tiene una lista muy larga.

Matthew volvió hasta el mostrador habiendo colgado el teléfono. Explicó que su hermana y su madre habían aceptado a alojarse en la compañía por un tiempo, aunque a la mujer no le había hecho demasiada gracia. Kara le ofreció mandar un coche a por ellas, pero Matthew prefirió ser él quien las llevase.

Esa noche, April les ayudó a instalarse. Más tarde, saliendo de la compañía y habiendo deseado unas buenas noches a las familiares de Matthew, él sugirió cenar en una pizzería cercana.

Ya sentados en su mesa disfrutando de una deliciosa pizza de Antonio's, Matthew no pudo evitar soltar una corta risa mal contenida. April frunció una ceja, confusa. Sabía que no le había hecho demasiada gracia tener que recurrir a una agencia de protección.

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora