48. Independencia

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Lo cierto es que durante la ausencia de Arlet, no ocurrió gran cosa.

Los chicos siguieron entrenando y patrullando ―junto con April, y en la segunda Casey―, y Leo empezó a pasar más tiempo con Naiara.

Evidentemente, la tortuga quería aprovechar el tiempo que podía estar a solas con su novia mientras pudiera, y más después de haber dado un paso más en la relación, la cual pareció fortalecerse bastante.

Muchas veces, cuando Naiara llegaba de trabajar, Leo ya la estaba esperando en el apartamento; ya fuera con un par de tazas de té ―porque la rubia no le dejaba cocinar sin supervisión―, o habiendo preparado la habitación o la ducha para un masaje. Sí, cualquiera de las opciones acababa llevando a algo más. Es lo que tienen las velas aromáticas...

Y no, no lo llegaron a hacer en la ducha, a Naiara no le gustaba la idea de poder caerse, por lo que sólo eran masajes, caricias, besos y abrazos bajo el agua.

Leo no lo hacía sólo por sí mismo, sabía que Naiara debía de estar aburrida de sus quejas e inquietudes sobre ser o no un buen líder y encontrar a Karai. De esta manera de 'relajarse', podían dejar todo a un lado y dedicarse tiempo el uno al otro, después tendrían una pequeña conversación de almohada.

Susurrando nada parecía tan serio, eran las veces que mejor dormían...

* * *

Es verdad.

April decidió mandar una solicitud ―rápidamente aceptada― para sacarse la carrera de periodismo. Lo único que prefirió hacerlo a distancia, online.

Según ella, así podía aprovechar mejor el tiempo: Entrenar, patrullar ―ya que ambas eran en su mayoría por la noche―; estudiar, pasar tiempo con su padre (y amigos, por supuesto), y puede que más tarde buscase un trabajo para independizarse.

Y hablando de independizarse...

Casey sí que consiguió un par de empleos. Uno para ayudar a entrenar a los más pequeños en su propio equipo de hockey cuando empezase la temporada, niños de unos seis o siete años; el otro era en una comisaría de policía secundaria.

La verdad es que ninguno le gustaba demasiado, pero conseguía ver el lado bueno. Entrenando a niños... bueno, seguía siendo su deporte favorito, y disfrutaba viendo cómo se desenvolvían en el hielo ―y por qué no, le hacía gracia si alguno se caía; no está bien decirlo, ya... pero es una realidad―.

Y el de la comisaría... Pff...

No le gustaba. Las cosas como son, pero le suponía cierta ventaja en los patrullajes nocturnos. A él y a las tortugas.

El chico era capaz de escuchar algo más aparte de 'tráeme un café' o 'hazme una copia de este documento'. También se enteraba de algunos de los itinerarios de las patrullas de policía, barrios con actividad sospechosa, antecedentes de algunos de los Dragones Púrpura ―aunque muchos ya estaban entre rejas―.

Claro, que en esa comisaría de zampabollos de pacotilla, no tendrían ningún registro del Clan del Pie. Puede que de alguna otra mafia, como la de Don Vizioso, pero Shredder debía de tener dinero suficiente como para asegurarse de que sus movimientos pasasen inadvertidos.

* * *

Y sí, hemos llegado al tema que nos ocupa. El dinero...

Tanto Arlet como Casey dieron una luz verde mutua para aprovechar su 'sueldo de los héroes' recientemente. De hecho, lo acordaron un par de días antes de que la morena se fuese a California. No obstante, tenían un nuevo acuerdo.

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora