cap 11

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AL CAER LA NOCHE, CAPÍTULO 11
MAQUILLAJE

APRIL Y CASEY BAJARON A LA GUARIDA LA TARDE DEL JUEVES, SOLOS.

Raphael frunció el ceño porque por lo general Arlet bajaba con ellos antes de ir a trabajar. Sacó el teléfono de su cinturón para saber si le había mandado un mensaje informando de un cambio de planes o algo, pero no se dio el caso.

Mientras los humanos saludaban a las tortugas dejando sus mochilas a un lado de la escalera, éstas les dieron la bienvenida. Donatello titubeando y todo al ver a la pelirroja —cómo no—; pero en vez de saludar también, Raphael se vio forzado a preguntar.

No pudo evitarlo.

—¿No viene Arlet con vosotros? —se cuestionó pretendiendo sonar tranquilo.

El que le mandase un mensaje era algo que le tenía dicho desde el incidente de Slash. Pensar que andaba por ahí sola, le ponía la carne de gallina. Claro, que el miércoles sí que le dijo que le había surgido algo.

—Ayer se subió a un taxi con una mujer al salir de clase —le dijo April encogiéndose de hombros—. No sé quién sería, pero no parecía muy entusiasmada de verla. Hoy no la hemos visto —añadió compartiendo una mirada con Casey, preguntando en silencio si es que, por casualidad, él sí.

El muchacho negó con la cabeza apretando los labios, confirmando la versión de April.

Ya que estaban todos, Leonardo confirmó que el entrenamiento iba a empezar.

Raphael siguió a los demás recapacitando sobre la última conversación de chat que tuvo con Arlet. Sólo se despidió diciendo que le hablaría en cuanto pudiese, en ningún momento le dijo que se había ido con alguien. ¿Conocería a esa mujer?

No sería tan tonta como para subirse a un coche con una extraña, se dijo negando con la cabeza. En serio, el preocuparse por ella no era malo, pero era consciente de que ese nivel de paranoia era de todo menos sano.

Intentó dejarlo pasar para poder centrarse en el entrenamiento, pero le fue imposible.

Por mucho que se negase a permitir que nadie le tirase al suelo, acababa con la barbilla en la alfombra. Era como si sus reflejos fuesen con retroceso, o su cuerpo no respondiese a los mismos con la fluidez que debería. Ya puestos, hasta sus ojos parecían ver cosas raras. No registraban a tiempo los movimientos de sus rivales.

En resumen, no podía seguirles el ritmo.

Llegado un momento, Leonardo le extendió una mano para ayudarle a levantarse. Por lo general, Raphael se habría negado y levantado por sí mismo, pero eligió aceptar la mano de su hermano.

—Quizá deberías ir a verla —le dijo—. Seguro que no ha pasado nada, pero está claro que no te la vas a sacar de la cabeza —añadió mirándole con una sonrisa ladeada.

En otra ocasión, Raphael no habría aceptado el vacile con esa sonrisilla de superioridad; no obstante, sabía que si no iba a comprobar que no había pasado nada, se volvería loco. Asintió lamiéndose los labios para evitar responderle y se fue.

*

Vale, no había nadie en casa porque estaba todo cerrado y no había una sola luz encendida, lo que no le tranquilizaba en absoluto.

Entró abriendo la puerta de la terraza con una llave que Arlet le dio en caso de que ella no le pudiese abrir desde dentro. Arlet le hizo una copia durante las Vacaciones de Primavera, después de esa paranoia que tuvo por el ataque de Slash y de conocer a su familia.

tmnt2012, al caer la noche (ES) [acabada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora