NARRANDO LEDRA.
Le observo, desde que se ha quitado el casco no he podido pronunciar palabra, aparto sus dedos de mi pelo y me alejo.
— Mira por dónde vas. —Ataco enfadada.
— Estoy mirando por dónde voy. —Dice con una voz muy sexy mientras me observa.
— Pues más a la carretera y menos a las mujeres, o si no no elijas conducir. —Ataco de nuevo.
— Pero que mandona me ha salido la niña. —Se ríe.
— Esta niña tiene su nombre. —Frunzo el ceño.
— Dímelo. —Me río.
— Hey, frena. —Se ríe.
— Si no me dices tu nombre tendré que llamarte niña. —Advierte.
Frunzo el ceño, agarro el brazo de Alícia y sigo hasta la otra acera, el chico no arranca hasta que yo me giro para mirarle, lo miro molesta, él sonríe, desliza la lengua por sus labios y vuelve a ponerse el casco, me hace un gesto y seguidamente se marcha.
—Prepotente. —Murmuro.
— Pero está muy bueno. —Añade Alícia.
— Bah, tampoco es para tanto.
NARRANDO DANIEL.
Llego a casa, Jesús me espera en la puerta vestido de negro, le hago una señal y sube a mi moto.
— ¿Preparado? —Pregunta Jesús.
—No es la primera vez.
— Pero está todo lleno de policías. —advierte.
— Solamente tenemos que coger la mercancía.
— ¿Lo tienes todo? —Pregunta.
Saco las pistolas, él me sonríe y mete una en su espalda.
— Esperemos no tener que usarlas, sería una lástima. —Reímos.
— Arranca antes de que salgan.
Le obedezco, arranco y subo la velocidad, Jesús ríe, siempre hemos sido así, no vamos a cambiar, nos encanta sentir esta adrenalina y sabemos que todo está mal pero lo hacemos peor.
Llegamos a un descampado, aparece el hombre que nos dará la mercancía para seguir vendiéndola, Jesús pone la mano en su espalda por si debe sacar la pistola.
— Estaba deseando conoceros, hablan muy bien de vosotros dos. —Dice uno de esos tipos.
— Me alegra que estemos en la boca de idiotas.
— Aquí tenéis toda la mercancía, ahora el dinero. —Le miro.
— Primero vamos a ver la mercancía.
Abro la maleta, hay mucho menos de lo que habíamos acordado, eso me hace enfurecer, lo agarro del cuello sin importarme qué sus guardaespaldas estén apuntándome.
— No creas que me da miedo la muerte, dame lo que falta o de aquí los dos salimos muertos. —Digo amenazante.
— Tienes huevos. —Se ríe.
— He dicho que me des lo que falta. —Lo apunto con la pistola-
De repente escuchamos sirenas de policía, agarro la maleta y subo a la moto, Jesús sube detrás de mi, los guardias de ese idiota nos disparan, Jesús se encarga de devolver los disparos con ambas pistolas.
— ¡Qué pasada! —Grito y rio.
— ¿Falta mercancía? —Pregunta.
— En realidad no —Digo riendo— pero me habría encantado ver cómo sueltan más.
— Estas loco. —Reímos.
— Ahora vamos a casa de los capullos.
—Vamos.
Finalmente llegamos a casa de unos amigos, allí vendemos gran parte de la mercancía, bebemos, disfrutamos durante gran parte de la noche.
— Hola —Me saluda Anabel sentándose a mi lado.
— ¿No deberías estar dormida? Mañana debes tener universidad.
— Y tú no deberías estar en mi cama? —Pregunta y muerdo mi labio.
— ¿Debería? —Pregunto riendo.
— Ambos sabemos que no es un sitio nuevo para ti. —Añade.
— Soy colega de tu hermano.
— Él no se entera. —Coquetea con mi pelo.
— Hazlo como siempre.
Empieza a reír, se marcha, poco después voy detrás de ella hasta llegar a su habitación, ella le espera en el pasillo donde pone la mano en mi nuca y me inclina para besarla, agarro su cintura mientras nuestros labios se entrelazan, la atracción es demasiado fuerte y se nota. Rodea mi cintura con sus piernas, entramos en su habitación y cierro la puerta de un portazo, la tumbo en la cama, agarro sus manos y las coloco en forma de cruz.— ¿No te da miedo qué mi hermano se entere? —Beso su cuello.
— A mí no me da miedo nada —Murmuro.
— ¡Dios me vuelves loca! —Jadea.
—Y más loca que te voy a volver cuando empieces a gemir. —Digo con la voz muy ronca.
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Nuestro amor es animal.
Romance"Si me pides fuego, arderá todo. Yo no se amar de otra manera. " BORRADOR. ✘FANFIC ✘ • ────── No se permitirán plagios, ni copias de ningún tipo, serán denunciados inmediatamente.