NARRANDO DANIEL.
Inclino la cabeza hacía arriba, soplo bastante agobiado, espero varios minutos para saber que está pasando pero no veo nada, acabo subiendo a la moto y marchándome.
Llego a mi casa, afortunadamente la policía ya se ha ido, ahora tengo que enfrentar a mis padres, Jesús viene a la misma vez que yo, lo miro y encogemos los hombros.
— Nos toca. —Dice él.
— Eso me temo.
Entramos, nuestros padres adoptivos recogen los destrozos que las balas han causado, cristales rotos, jarrones rotos, la puerta llena de agujeros, cuando entramos ambos cruzan los brazos y nos miran.
— Estaréis contentos. —Dice nuestra madre adoptiva muy enfadada.
— No, no lo estamos.
— ¿Creéis qué nosotros merecemos esto? —Pregunta nuestro padre adoptivo.
— No. —Respondo.
— Pues estamos pagando las consecuencias de vuestros actos.
— Un lo siento no arreglará nada pero lo siento.
— Yo también. —Añade Jesús.
— ¡Por supuesto qué no arreglará nada! Esto es todo culpa de vuestros malditos negocios. —Grita él.
— No, no tiene nada que ver con la droga, ha sido mi culpa.
— ¿Qué has hecho para qué quieran matarte? —Pregunta ella.
— Acostarme con la hermana del que ha hecho esto.
— Esto es un lío de faldas ¡Ahora sí qué me parece increíble!
— Jesús no tiene culpa, yo decidí acostarme con ella. —Digo defendiéndolo.
— ¡Esto es una locura!
Nuestro padre adoptivo nos mira furioso, acaba marchándose, nosotros ayudamos a recoger un poco.
— Ir a vuestra habitación. —Exige ella.
— Ya no somos pequeños para que nos ordenes.
— Será mejor que lo hagáis, no es buen momento para vuestras chulerías.
Entro en mi habitación, cierro la puerta de un fuerte portazo y me tumbo en la cama, esta vida cada vez es más mierda.
NARRANDO LEDRA.
Mi madre me obliga a sentarme, ella y mi padre se sientan delante de mi, presiento que me harán un interrogatorio.
— Antes de que mamá empiece a exagerar quiero decir que él no es malo.
— ¡Es un delincuente! —Grita.
— No lo ofendas más. —Exijo furiosa.
— Hija, ese chico no es bueno para ti. —Añade mi padre.
— No sabéis lo que es bueno para mi.
— Te hemos dado la mejor educación, llevado a los mejores colegios, no puedes salir con un chico así, tiene antecedentes hija, en cualquier momento puede ir a prisión ¿Y entonces qué?
— Solamente me ha traído a casa.
— Os he visto, os estabais besando.
— Si, un beso ¿Tan malo es? —Resoplo.
— Un beso no es malo hija, malo es quien te lo da.
— Dani no es malo, no intentéis dar la vuelta a las cosas, yo he estado subida en su moto porque he querido, el beso me lo ha dado porque he querido.
— No es bueno para ti cariño, sabes qué siempre respetaré tus decisiones pero esta no puedo aceptarla, eres mi niña y él ha tenido problemas con la policía.
Suspiro, les miro y asiento con la cabeza.
— Vale, queréis que no vuelva a verle ¿No? Pues no lo veré más. —Me levanto.
— Confiamos en ti hija, sabemos que eres buena niña y que no nos volverás a mentir. —Asegura ella.
— No lo haré ¿Puedo irme de una vez a mi habitación?
— No has cenado cariño.
— No tengo hambre.
Mis hermanos me miran, yo paso de ellos olímpicamente, subo a mi habitación y cierro de un portazo. Cojo mi móvil, llamo a Alícia y ella me responde al instante.
LLAMADA TELEFÓNICA.
— Me han descubierto con Dani. —No puedo dejar de reír.
— ¿Y te hace gracia? —Se ríe.
— Estoy feliz.
— ¿A qué se debe la felicidad?
— Esta enamorado de mi. —Digo emocionada.
— ¿¡Qué!? —Me rio.
— Y necesito un gran favor.
— El que quieras.
— Necesito su número —Ríe.
— ¿Y cómo quieres qué lo consiga? ¿Estás loca? —Pregunta.
— Las dos sabemos que eres capaz de eso y de más —Reímos.
— Tienes razón pero no te prometo nada.
— Te quiero. —sonrío.
— Y yo, pelota. —Me rio.
CUELGO.
Mi padre me sube algo de cenar, se sienta a mi lado y besa mi cabeza.
— Tú felicidad siempre será la mía, no lo olvides. —Me acaricia.
— Te quiero. —Lo abrazo.
— Y yo princesa, ahora cena y a dormir, que mañana tienes clase.
— Vale —Sonrío.
Se marcha, ceno y me acuesto, no puedo dejar de pensar en Daniel. Termino dejándome vencer por el sueño, al día siguiente me levanto temprano, peleo con mis hermanos por el baño, me ducho y bajo a desayunar.
De repente mi móvil suena, esta en mi habitación y voy a por él, es Alícia.
LLAMADA TELEFÓNICA.
— ¿Lo has conseguido? —Pregunto ansiosa.
— Ha conseguido algo mejor. —Dice Daniel.
Cierro la puerta deprisa y me siento en la cama.
— Estas loco.
— Quiero que metas ropa en tu mochila algo de ropa, que salgas como todos los días para ir al instituto sin levantar sospechas, esperes a que tu padre se marche, yo estaré esperándote detrás de tu instituto. —Río.
— ¿Sabes qué mi madre es abogada? Estás completamente loco.
— Por ti haría cualquier cosa, no me importan las consecuencias. —Muerdo mi labio.
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Nuestro amor es animal.
Romansa"Si me pides fuego, arderá todo. Yo no se amar de otra manera. " BORRADOR. ✘FANFIC ✘ • ────── No se permitirán plagios, ni copias de ningún tipo, serán denunciados inmediatamente.