Capítulo 50.

13.4K 563 19
                                    

NARRANDO LEDRA.

Muerdo mi labio, él consigue que me sienta mejor, que me sienta feliz aunque esté llorando.

— ¿Has dicho qué serías capaz de dejarlo por mi? —Pregunto en medio de una sonrisa.

— Por ti sería capaz de todo niña fresa, pensaba que lo tenías claro. —Responde.

— Mi madre no te aceptará.

— Por intentarlo no pierdo nada.

— Si, nos perdemos nosotros. —Suspira.

— Mandona, tú no me vas a perder ocurra lo que ocurra.

— Es una locura.

— ¿Qué sería de este mundo sin un poco de ella?

— Mañana mis padres no trabajan, yo saldré antes del instituto.

— Allí estaré.

— Gilipollas —Murmuro dulce.

— ¿Qué?

— Te quiero.

— Te quiero más.

— Buenas noches feo.

— Buenas noches fea.

CUELGO.

Mis hermanos  me sonríen, yo también sonrío, no puedo creerme que vaya a hacerlo, que él venga aquí para hablar con mis padres.

— Ahora si estas menos fea. —Me dice Lorenzo.

— Bueno —Bromea Matías y me río.

— Sois los mejores, aunque eso no significa que os odie menos.

Ambos me abrazan, son unos idiotas pero les quiero muchísimo.

NARRANDO DANIEL.

Jesús y yo vamos a casa de Raúl, él ya ha asimilado lo que pasó entre su hermana y yo, de todos modos si no lo ha asimilado lo me importa. Entramos, nos piden mercancía, vendemos bastante y nos sentamos a beber algo.

— Vaya, Dani. —Dice Raúl sorprendido.

— ¿Qué? ¿Vas a sacar la pistola? —Pregunto desafiándolo sin ningún tipo de miedo.

— Tranquilo, he asimilado lo tuyo con mi hermana. —Responde.

— No te confundas, lo de tu hermana y mío solo fue sexo, no paso a más.

— ¿No te parece un buen partido?

— Es atractiva pero debería valorarse un poco más.

— Podríais intentarlo. —Insiste.

— No te esfuerces, no veo a tu hermana para una relación y no la veré nunca.

—  ¿Sabes qué me está molestando lo qué dices?

— Si y espero que tú sepas que me importa una mierda. —Encono los hombros.

— Vámonos. —Me susurra Jesús.

— ¿Por qué? Estamos de buen royo ¿O no? —Le pregunto.

—Pues no.

— Tú única intención ha sido juntarme con tu hermana, pues mírame bien —Me acerco— ni loco.

Veo como saca la pistola y le pongo la mía en la frente, él me mira furioso mientras yo rio.

— Lárgate de aquí.

— ¿Tienes la pasta? —Le pregunto a Jesús.

— Si, vámonos, este gilipollas no merece la pena.

Nos marchamos, nos vamos a un hotel porque aún no tenemos donde vivir, me doy una larga ducha y seguidamente me acuesto, tengo que estar bien para mañana, me toca un día intenso.

Al día siguiente Jesús me acompaña a comprar la ropa para ir a hablar con los padres de Ledra.

NARRANDO LEDRA.

Estoy nerviosa durante toda la mañana, Alicia no deja de  burlarse de mi, pero no es ninguna tontería, Daniel va a hablar con mis padres para que podamos estar juntos.

— Ese chico te quiere y mucho. —Me dice Alicia.

— Si —Sonrío— nunca me imaginé que sentiría algo así.

— ¿Dónde estuvisteis ayer? —Me pregunta.

— Pues por causa de su rabia llegamos a un bosque, empezó a llover y tuvimos que entrar al hotel.

— La lluvia duró poco.

— No quieras saber más. —Me rio.

— ¡No me digas qué —Se ríe— Dios!

— Me acosté con él ¿Vale? Quise hacerlo, estaba preparada y surgió, no pude haber elegido mejor.

— Dios —Reímos— ¿Y cómo te sientes? —Sonrío y muerdo mi labio.

— Extraña, diferente, no sabría explicarte —Muerdo mi labio— pero sentí que me amaba, tanto como yo a él.

— ¿Y?

— Somos pareja. —Pega un salto de alegría.

— Has cazado al chico más chulo, frío y loco de todos ¡Al más deseado!

— ¡A la, a la! Si desgraciadamente se ha acostado con muchas —Hago una mueca con la boca.

— Pero no ha amado a ninguna, jamás, dicen que tenía el corazón de acero, nadie pudo nunca derribar la muralla que tenía.

— Estas informada.

— Eres mi mejor amiga, tenía que hacerlo —Reímos.

— Me ha dicho que por mí será capaz de dejar la mierda en la que está metido.

— ¿Qué? —Su tono es de sorpresa.

— Si —Me rio.

— Está enamorado de ti, sin duda.

— Lo sé —Digo feliz.

NARRANDO DANIEL.

Me visto, estoy bastante nervioso, voy a conocer a mis suegros, aunque ellos no me acepten y intenten separarme de ella, necesito que sepan que la quiero bien.

— ¿Nervioso? —Me pregunta Jesús desde la puerta.

— Demasiado.

— Todo saldrá bien.

— No me quieren para su hija pero voy a intentar que acepten nuestra relación, voy a decirles que estoy enamorado de ella hasta las trancas.

— Recuerda que son fresas.

—Si, lo recordaré.

De repente mi móvil suena, es un número oculto.

LLAMADA TELEFÓNICA.

— Habla.

— Mi querido Daniel. —Dice Ezequiel.

— Aún tengo, iré cuando no tenga.

— No te llamo por eso, te llamo por mi propuesta.

— No me acordaba —Digo mirando a Jesús.

— Yo te la recuerdo, ganarás muchísimo dinero.

— Lo sé.

— ¿Y bien? ¿Aceptas? Mañana empezarías todo.

Nuestro amor es animal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora