Capítulo 87.

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NARRANDO DANIEL.

Me mira dulce, aparta la bandeja y me rodea con sus piernas sentándose encima de mi, rodea mi cuello con sus brazos y me besa con la boca llena de migas de pan.

— Como vuelvas a fingir tu muerte sin decirme nada te juro que no te perdonaré nunca.

— Fue imprevisto, no sabía que iban a dispararme —Frunce el ceño— pero te prometo que no volveré a hacerlo.

— Creía que no volvería a tenerte —Pone la cabeza en mi hombro— sufrí mucho.

— Lo sé, yo también sufría sabiendo que tú estabas tan mal —Beso su cabeza— pero ya estoy aquí y soy libre.

— Libre —Sonríe emocionada.

Me mira feliz, muerde mi labio y estira de mi con fuerza, empiezo a reír, la tumbo en la cama quedándome atrapado en sus piernas.

— Y dime —La beso— ¿Ha pasado algo interesante estás últimas semanas?

— Si —Sonríe— he empezado a estudiar francés, tengo un profesor buenísimo y decidí quedarme aquí.

— ¿Cómo? —Me rio alzando una ceja.

— Si, tú querías enseñarme esto y yo decidí quedarme por ti, para seguir estudiando y sacarme una carrera como siempre has querido.

— Vaya, vaya —La miro— con un profesor y todo.

Ella ríe a carcajadas, mira el reloj y hace una mueca con los labios.

— Viene en quince minutos.

— Oh bien, así puedo conocerle.

— ¿No estarás celoso? —Pregunta.

— No tengo motivos —La beso— además, no puedo ponerme celoso cuando soy yo quien te tiene así, quien te besa así —Muerdo su labio—es imposible.

— Ahora tengo que darme otro baño. —Se queja y rio.

— Nos podemos bañar juntitos.

— Vicioso.

Nos levantamos, camino detrás de ella, observando su hermosa manera de caminar, se quita mi camiseta, la observo mientras lo hace dejando ver su fabuloso cuerpo.

— ¿Y ahora se supone qué debo contenerme?

— Si —Se mete en la bañera— Ven.

— No sabes lo que estás pidiendo niña.

— Que vengas. —Dice provocándome.

Me quito los bóxers, entro en la bañera y ella se acerca a mi, siento sus manos en mis muslos, muerdo mi labio, me besa y juega con mi lengua. Froto su cabeza con champú para lavarle el pelo, ella hace lo mismo con el mío masajeando mi cabeza con suavidad.

— Pronto llegará mi profesor.

— Me importa una mierda.

— Gilipollas —Ríe.

Deslizo mis manos por su cuerpo mientras me quita la espuma, creo que es la primera vez que hacemos algo como pareja y no ocurre nada malo, podría acostumbrarme a esto.

NARRANDO LEDRA.

Acabamos de bañarnos, salimos del agua, me pongo el albornoz, él sigue metido en el agua contemplándome, levanto poco a poco mi albornoz para echarme crema en las piernas, muerde su labio y hace una mueca.

—  Wow, como sigas así voy a tener que subirte al lavabo y comerte.

— Dios mío, eres un puto vicioso, aprende a contenerte porque tu pequeño Dani lo pasará mal.

Nuestro amor es animal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora